Denuncian varias víctimas

Vengadores en Naucalpan no se la perdonan a secuestradores

Vecinos de San Mateo cierran vialidades ante el enojo porque presuntamente la policía municipal dejó escapar a presuntos plagiarios

(Foto: Archivo El Gráfico)

(Foto: Archivo El Gráfico)

La roja 09/11/2016 11:38 Redacción Actualizada 11:40
 

Por Rebeca Jiménez

EN NAUCALPAN 

Con palos, tubos y piedras, cientos de pobladores de Praderas de San Mateo, en el municipio de Naucalpan, cerraron calles e impidieron el paso de militares de las Bases de Operación Mixta (BOM), luego de que presuntamente que la policía municipal dejó escapar a supuestos secuestradores.

“¡Era el que mató a Evelyn!”, gritaban mujeres enojadas, mientras cientos de pobladores corrían por las calles de la colonia en busca de los presuntos plagiarios.

El 31 de octubre, Evelyn, una pequeña de 10 años, fue raptada cuando iba rumbo a la escuela; su cuerpo apareció en un callejón de la colonia La Luna, dentro de una bolsa, con huellas de estrangulamiento y de abuso sexual.

El crimen mantiene a los habitantes de la Cuenca de San Mateo enfadados, porque no es la única niña que ha sido atacada, según los pobladores.

“Ayer eran tres o cuatro, entre ellos uno de sudadera blanca que trataba de cubrir su cabeza para ocultar el tatuaje que trae en el cuello, es una figura de la muerte”, gritaba Jeny.

“Querían llevarse a dos niñas, una de siete y otra de 14 años”, revelaba la turba que —con palos y tubos— ingresaba a las casas, subían a las azoteas y brincaban de predio en predio en busca de los presuntos secuestradores.

Ante la voz de alerta por la presencia de supuestos secuestradores, elementos del Grupo de Operaciones Especiales acompañó a los pobladores a realizar una revisión casa por casa, pero hallaron delincuentes. 

Los grupos de “cazasecuestradores” también corrían por la colonia La Luna. También más de 500 personas bloquearon el camino Real a San Mateo, impidiendo el paso hacia la autopista Chamapa-Lechería y a la carretera Naucalpan-Ixtlahuaca, por varias horas.

En ese punto mujeres y jóvenes se apostaron frente a un convoy militar y les gritaron “¡a ver qué harían si fueran sus hijas!”, para impedir su paso rumbo al municipio de Atizapán. 

Con palos y tubos enfrentaron a los militares, mientras los soldados optaron por mantenerse sobre el camión; sólo un oficial bajó a dialogar con los vecinos, quienes finalmente les permitieron el paso en medio de una rechifla.

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