Aún no dan con el paradero de Sandra

La madre de la joven le pide a las autoridades que manden a traer, la única persona de interés en el caso

Foto: Especial

La roja 09/06/2015 13:03 Actualizada 13:03
 

Sandra Cabrera Flores, de entonces 18 años, desapareció el 22 de febrero de 2014. La última vez que la vieron salía de su trabajo en la zapatería Ckass, ubicada sobre la avenida López Portillo, en Ecatepec, estado de México. Alejandro, un compañero de trabajo, le iba a dar un aventón a casa. 

Actualmente Alejandro es la única persona de interés en el caso. Pero éste se amparó para no declarar y hace unos cinco meses dejó casa y trabajo en Ecatepec y se fue a vivir a Monterrey.  Así lo denuncia la madre de Sandra, Araceli Flores, a casi un año y cinco meses de la desaparición. “Quiero que manden a traer a Alejandro, porque huyó a Monterrey”. 

El padre de Sandra, Antonio Cabrera, agrega: “En la Fiscalía de Toluca nos dijeron que Alejandro tuvo otro caso en el que le hizo daño a una muchacha, pero no nos dijeron cómo”. 

Después de no saber nada de ella por una noche, la familia de Sandra logró ubicar los pasos de su hija ese 22 de febrero. Todos apuntan hacia Alejandro. Ese sábado, a las cuatro de la tarde, Sandra terminó su turno en la zapatería. Alejandro  se ofreció a darle un aventón a su casa, a unos 15 minutos en auto, en el poblado de Guadalupe Victoria, Ecatepec.

Sandra aceptó y se fueron en el taxi que Alejandro maneja por las tardes. Circularon sobre la López Portillo y después doblaron en avenida de Las Flores. Según el dicho de Alejandro, en la esquina con Francisco Villa la joven le pidió que se detuviera, ya que ella vio a su papá caminando sobre la calle y lo quería alcanzar.  El papá no vio a Sandra y ésta tampoco llegó a casa.

A las siete de la noche la madre le marcó al celular. La joven contestó, dijo que se encontraba con Ana, su mejor amiga, a un par de calles de la casa. A las 8:30 de la noche Sandra se comunicó de nuevo. Mandó un mensaje de texto desde un teléfono desconocido (después se sabría que era el teléfono de Alejandro). Informaba que no tardaría mucho y que estaría en casa a las 10 de la noche. 

A las 11:30 pm la familia empezó a marcarle. En los primeros dos intentos la llamada entró, pero nadie contestó. Para cuando intentaron la tercera llamada el teléfono había sido apagado. 

Al día siguiente, el domingo 23, la familia llamó al teléfono desde donde había salido el mensaje de Sandra. Contestó Alejandro; era su celular. Él dio su versión: la tarde anterior le había dado un aventón a la esquina de Francisco Villa y las Flores, y posteriormente, por la noche, la había encontrado de casualidad nuevamente sobre Francisco Villa. Dijo que  iba acompañada de un muchacho con “pantalón blanco” y “pelos parados”. Ella le hizo la parada, pero sólo para pedirle prestado su teléfono.

le pidió a su amiga que la cubriera. Los padres llamaron a Ana, la mejor amiga de Sandra, quien tras escuchar la preocupación de la familia admitió que Sandra le marcó alrededor de las 4:00 de la tarde desde un celular que no conocía para pedirle que la “cubriera”, que no se dejara ver por su calle, ya que había dicho que estaría con ella, Ana. ¿Qué pasó, en qué andas?, le inquirió Ana. Sandra, tranquila, le dijo a  su confidente: “Luego te cuento”. 

El número desde el que la había llamado Sandra era el de Alejandro.

Ese mismo domingo interpusieron una denuncia en el Ministerio Público de San Cristóbal. Al poco tiempo, la investigación fue enviada a la Fiscalía Especial contra Trata de Personas en Toluca.

Pasaron los días, los meses y la investigación no avanzaba. Alejandro, mientras tanto, se amparó y evitó ir a declarar. Ahora ya no vive en Ecatepec. Sandra sigue desaparecida.

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