Claman justicia en Universidad de la Ciudad de México tras masacre

En la Universidad de la Ciudad de México, se ha llamado a “asamblea emergente”. 

“¡Justicia, que se haga justicia!”, gritan los universitarios instalados a las puertas del campus Cuautepec. Es de mañana y los estudiantes se han reunido para exigir “que se castigue a los responsables de la masacre ocurrida en El Arbolillo.

Un bote de plástico, hace de alcancía para pedir cooperación y ayudar a las familias de los estudiantes muertos en la Unidad Habitacional.

En la cama de un hospital, Sergio Sarmiento, otro de los estudiantes rafagueados en El Arbolillo, permanece aún con vida. Anoche fue liberado el único sobreviviente que resultó ileso: Carlos Esquivel, de 32 años.

Desconocen también a qué se dedicaban sus compañeros fallecidos. Dicen, “todos estudiaban Ciencias Políticas en el turno matutino y trabajan por la tardes”. Aunque ahí, nadie logra informar en qué trabajaban los cinco estudiantes.

Pero cuentan que el martes asistieron a clases. Tal vez, dicen, “al salir de clases, cada quien se fue a trabajar y en la noche se reunieron en El Arbolillo.

Y es que ahí vivía Miguel, uno de los estudiantes que murió acribillado. La versión de los universitarios en plantón indica que esa noche “quisieron asaltar a sus amigos”. Ellos permanecían en las canchas del Arbolillo cuando un grupo de hombres armados los quisieron atracar. Al negarse, una lluvia de balas los mató. 

Para los universitarios no es verdad que a Carlos Esquivel se le haya encontrado una subametralladora. “Se la sembraron los policías y después lo secuestraron durante toda la noche”.

La declaración del detenido indica que después de clases, los estudiantes se dirigieron a la Unidad Habitacional. A las 11:00 tres hombres a pie, los atacaron. En el lugar fueron hallados más de 12 casquillos de tres distintos calibres.

Ayer fueron sepultadas las víctimas mortales.