La diferencia de Germán Martínez con la cuarta transformación es legal, pero también de fondo. No se puede administrar al IMSS fuera del marco legal. Las diferencias respecto al control de gasto con la Secretaría de Hacienda, dejan en segundo término que el acceso a la salud es un derecho humano. 

Hay varios subrayados en la carta de renuncia que vale la pena mencionar respecto a que el IMSS requiere una gran reforma legal y no solamente una reglamentaria, además de la incertidumbre laboral para miles de trabajadores del instituto, del outsourcing o la subcontratación que va en perjuicio de los derechos laborales de ese neoliberalismo abolido por decreto, además de la centralización del gasto del Seguro Social. Según Germán Martínez esto le hace el trabajo al neoliberalismo ya que, en consecuencia, la atención médica será más deficiente de lo que ya es y la situación motivará a los pacientes a recurrir a los servicios médicos privados, siempre que puedan pagarlo. Punto para la mafia del poder. 

La primera renuncia en el gabinete de López Obrador es significativa por venir de uno de los principales aliados en la derecha que no está de acuerdo con los “cómos” del nuevo gobierno. También pone a debate la estrategia del gobierno en conjunto, al centralizar las funciones y recortar gastos en áreas sustantivas como la Conafor que, en nombre de la austeridad, causan evidentes daños mayores. En la salud puede haber ahorros y austeridad, pero no escamoteos que pongan en riesgo la salud de los mexicanos. 

En nombre de la transparencia, debe hacerse público el grado de crisis del Seguro Social. La llamada “rebatinga política” pareciera ser con la voraz industria farmacéutica.

Muchas preguntas tendrán respuestas una vez que se conozca el nombre del nuevo titular. ¿Se mantiene la cuota al calderonismo o será un perfil tecnócrata más afín a las farmacéuticas?

Periscopio. Las reacciones a la renuncia de Germán Martínez del lado del gobierno no salieron de la normalidad, de que nadie es indispensable y todo eso. Pero llama la atención el siguiente pronunciamiento “una persona no es gobierno”, dijo el jefe de la oficina presidencial, Alfonso Romo, salvo que se trate de “ya saben quién”, claro está. Y más allá de la anécdota, Martínez no rompió políticamente con el gobierno de la autodenominada “cuarta transformación”. El michoacano volverá a su escaño en el Senado, donde seguramente lo veremos sumado a las iniciativas de la bancada guinda, al tiempo que el PAN insiste en hacerle guiños políticos. 

Bitácora de los Ángeles del Gordo. Se dio a conocer la carta que envió Felipe Calderón a López Obrador solicitando que se mantenga la seguridad para él y su familia porque él no puede pagarla. Cachetada con honestidad valiente.

Si un ex Presidente pide protección para su familia es el Estado, no el magnánimo Presidente en turno, quien debe otorgarla, porque bien y mal, Felipe Calderón sirvió seis años al país.