‘Soy muy traviesa’

Sexo 08/05/2019 05:18 Helena Danae Actualizada 21:16
 

Hola, mis amores,  les mando la mejor de mis vibras para que logren todo lo que se propongan y  les vaya de maravilla. 

Les cuento que en mi pueblo natal hay feria en estos días, no he podido ir, pero me acordé de una experiencia que tuve hace algunos años y quiero compartirla con ustedes.

Trabajaba en un restaurante muy cerca del centro y como en muchos lugares, cuando eres nuevo te hacen algunas novatadas y te dejan el trabajo más pesado, pues mi caso no fue la excepción, pero conocí a un mesero que me ayudó a que todo fuera más leve.

Un día me pidieron bajar una olla llena de consomé, me dijeron que fuera a buscarla a la cámara de refrigeración, estaba en una zona muy alta y era enorme y pesada, por mi estatura iba a ser imposible que la bajara sin subirme en algo o sin vaciármela completa. Tenía que pensar rápido o seguro recibiría un regaño. 

Para mi suerte, de pronto, vi abrirse la puerta que estaba emparejada, me asusté creyendo que ya iban a regañarme, pero era ese mesero sexy que me había salvado en días anteriores. Él era más alto, así que sin problemas logró bajar la olla. Ya casi para terminar el turno, me preguntó si quería ir por unos tragos a la feria, le dije que nos veríamos en la puerta principal en unos minutos. 

Estuvimos en un bar un rato, demasiado corto para ser sincera, me empecé a sentir muy cansada y le dije que lo mejor sería que me fuera, me acompañó a tomar un taxi, caminamos para llegar a un lugar transitado, pero más alejado de la feria, para poder tomarlo. 

Él estaba al pendiente de los taxis, que casi todos pasaban ocupados, yo lo miraba a él y, la verdad, me gustaba demasiado, así que decidí levantarme de la banqueta y besarlo, él se quedó sorprendido, pero me respondió, así continuamos y mis manos acariciaban sus brazos hasta llegar a su ‘paquete’, entonces su cara cambió y sus ojos se abrieron enormes, estábamos en plena calle, pero yo tenía ganas de hacer ‘travesuras’. 

Movió la cabeza diciendo que no, mientras me seguía besando y aproveché para bajar rápidamente a su entrepierna, abrir el cierre para sacárselo, con la mano cubrí su boca y empecé a chupársela, él miraba alrededor para asegurarse de que nadie nos atrapara, yo seguía pasando mi lengua, mientras lo succionaba a ratos.

Mi mano hacía el trabajo para que su pieza no se bajara y siguiera disfrutando, ahí en cuclillas me excitaba hacérselo en un lugar público y por última vez chupé su amigo, cuando ya estaba decidida a metérmelo en otro lugar, pasé a sus ‘gemelos’ y los metí en mi boca, mientras los succionaba sentí como su mano presionaba fuerte mi cabeza y entonces él terminó justo en mi cabello y cara, me saqué sus amigos de la boca y giré para verlo, él estaba con los ojos en blanco, me metí a la boca su miembro y succioné para sacarle hasta la última gota. 

Me limpié y subí, para con mis manos tomar su rostro, lo besé en la frente y corrí para tomar un taxi que iba pasando; creo que se quedó un poco sorprendido y sacado de onda. Lo vi por el cristal metiéndose su exprimido ‘amigo’ al pantalón y fajándose la ropa.

Les confieso que no soy mucho de arriesgarme y hoy en día menos. Pero esa ocasión, todo quedó acomodado de manera perfecta. Espero leerlos el próximo miércoles. 

¡Los adoro!

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