Unidos en Tokio

Hijo del Santo Hablemos Sin Máscaras

(Foto: El Hijo del Santo)

Deportes 15/03/2019 11:03 El Hijo del Santo Actualizada 11:04
 

Queridos lectores de El Gráfico, les escribo desde la bella ciudad de Tokio en donde he pasado unos maravillosos días con mi familia, amigos y compañeros luchadores. 

En este nuevo viaje las relaciones con mis rivales han cambiado mucho. Y no me refiero arriba del ring, en donde siempre sobresale la rivalidad, la pasión y la adrenalina. Hablo de la relación personal, la convivencia, el compañerismo y la amistad. Indiscutiblemente los años, la experiencia y todas las pruebas que nos pone la vida nos hacen madurar como seres humanos. 

Sinceramente jamás me imaginé que me diera tanto gusto volver a ver en Japón a Fuerza Guerrera, al Misterioso, a Silver King y a Súper Parka, quienes en aquellos tiempos cuando veníamos, no me hablaban, me hacían bullying y me molestaban a tal grado que en muchas ocasiones me hacían llorar de impotencia y coraje; por eso los viajes eran insoportables.

Con los cuatro tuve una fuerte rivalidad. El primero que se convirtió en un acérrimo enemigo fue Fuerza Guerrera, después Silver King, a quien desenmascaré en Tijuana un 21 de noviembre de 1987 y fue mi máscara número 14. También en Tijuana conquisté mi máscara número 29, cuando destapé un 10 de octubre del 2003 a Súper Parka. Y fue un 5 de septiembre de 1999, cuando rapé al Misterioso en Anaheim California, siendo esta mi cabellera número 27.

Hoy todo eso ha quedado atrás y confieso que verlos nuevamente me causó una enorme alegría, pues de alguna manera ellos fueron no sólo mis rivales, también fueron (sin saberlo y sin quererlo ) mis grandes maestros. Ellos fueron quienes lograron que yo sacara la casta arriba del ring a base de golpes, sangre, lesiones y todo lo que requería para defender esta máscara y demostrar que era un digno heredero de El Santo.

Hoy doy las gracias a cada uno de mis compañeros y rivales (profesionalmente hablando). Y sobre todo agradezco a Dios, por permitirme viajar por el mundo, por mantenerme físicamente bien y poder subir con dignidad a un ring para sentir el apoyo y cariño del público.

Quien crea que en la lucha libre todo es show, está muy equivocado!

Nos leemos la próxima semana, para que hablemos sin máscaras.

(Foto: El Hijo del Santo)

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