¡Gracias!

Deportes 19/10/2018 05:18 El Hijo del Santo Actualizada 11:58
 

Ayer, 18 de octubre, cumplí 36 años de carrera en el ring,  por lo que me siento muy agradecido con la vida y con Dios. Al hacer un recuento de todo lo que he realizado como luchador profesional,  sinceramente les digo que me siento demasiado  orgulloso de mi trayectoria.

¡No ha sido fácil! Sin embargo, superé mis expectativas, obstáculos, derrotas, momentos complicados y una serie de sinsabores que han forjado el camino de mi vida.

Estoy consciente de que aún me falta enfrentar a más depredadores que, ante la frustración de no superar el éxito ajeno, me atacarán sin piedad. 

Cuando escribí para ustedes esta nota reflexionaba sobre todos los acontecimientos que rodean mi vida personal y pública.

Pensaba en cómo he logrado mantener un equilibrio permanente entre mis dos personalidades y cómo he sabido darle su lugar y reconocimiento tanto a El Hijo del Santo como al señor Guzmán, quien les escribe desde lo más profundo de su corazón.

El pasado martes, cuando comía en un centro comercial después de un día lleno de entrevistas de promoción, sesiones de fotos, etcétera, observé que nadie volteaba a verme, que no me pedían fotos ni autógrafos. 

Y era porque no tenía puesta mi máscara plateada. ¡Sí! El Hijo del Santo se había quedado esperando en el auto mientras que yo disfrutaba de mi parte anónima.

Es muy grato darte cuenta que lo que se siembra con pasión se cosecha con admiración y cariño. Esto lo digo porque en estas dos semanas en que he realizado la promoción de la película El hombre detrás de la máscara, he comprobado que mi carrera profesional ha sido fructífera. 

Lo sé porque los comentarios de la mayoría de ustedes, de los periodistas, fotógrafos y conductores de televisión que me han entrevistando así lo afirman, lo cual me llena de orgullo, pues todos me reciben (sin excepción) con enorme cariño y admiración. Y lo digo con modestia. 

Obviamente, para todos estos queridos amigos y para algunos de ustedes, el primer lazo de admiración y cariño para este personaje y esta emblemática máscara lo tuvieron con mi padre, El Santo. 

Tal vez no pudieron conocerlo en persona, pero sí gracias a que sus padres o abuelos les mostraban sus luchas, sus películas o sus historietas, eventos que seguramente marcaron su niñez;  por lo tanto, ahora existe un importante lazo entre ustedes y un servidor.. 

En estos 36 años que celebraré con la exhibición de la cinta El hombre detrás de la máscara y  con la lucha esta misma noche en el Widdi Hall de Brooklyn, en Nueva York, lo único que puedo decirles es muchas, muchas gracias por su cariño, por su afición, por su cercanía, por su incondicional apoyo y por toda su admiración hacia un servidor.

Gracias a todo esto yo realizo siempre con gran pasión, profesionalismo y entrega cada proyecto, cada lucha, cada presentación ante todos ustedes.

Nos leemos la próxima semana,   para que hablemos sin máscaras. 

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