En la Ciudad de México
LA BANQUETERA: Tortas ahogadas ¡de verdad!
Cuando Ernesto llegó a la ciudad no podía creer que no hubiera un sólo lugar para curarse la cruda al estilo Jalisco. ¿Se te antoja? Pues ¡arre, pariente!
Cuando Ernesto llegó a la ciudad no podía creer que no hubiera un sólo lugar para curarse la cruda al estilo Jalisco. ¿Se te antoja? Pues ¡arre, pariente!