Los especialistas en nutrición y preparación física tienen en cuenta que la dieta sea adecuada y mantenga las buenas condiciones de los viajeros espaciales.
Un detalle extra: todo debe ser empacado herméticamente, compacto y fácil de ingerir. Un compañero ideal para los viajes de larga duración a la estratósfera son los probióticos.
Comida para llevar… al espacio
Para alcanzar el objetivo, los investigadores tienen en cuenta el efecto de los probióticos en micro gravedad, así como el sistema inmunológico humano y la microbiota intestinal en estas condiciones.
Los detalles de la misión menú estelar son estudiados en la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) en colaboración con científicos especializados de la compañía Yakult Honsha.
Antes del despegue
Previamente, los investigadores realizaron una prueba de almacenamiento de los probióticos a temperatura ambiente durante 9 meses.
La cepa de probióticos de Lactobacillus casei Shirota fue guardada en cápsulas para analizar el efecto del entorno espacial.
En abril de 2016, se lanzaron las cápsulas de Lactobacillusa la ISS a la estratósfera en el SpaceX CRS-8 y permanecieron “perdidos en el espacio” un mes.
De regreso a la Tierra fueron sometidos a un riguroso análisis y pasaron la prueba al confirmar que el número de bacterias vivas en la ISS se había mantenido bien en comparación con el número de bacterias vivas de la superficie terrestre. 5 cápsulas de la cepa contienen, al menos, 40 millones de bacterias vivas.
El trabajo de los hombres de ciencia y el espacio tiene un objetivo: mantener y mejorar la salud y el rendimiento de los astronautas durante las misiones espaciales.
Pero la meta final es contribuir a la promoción de la salud humana en general mediante los conocimientos adquiridos en la investigación espacial.
