Las aventuras, los sueños y el amor son algunas razones que tiene una persona para tatuarse. Para algunos, dibujos y palabras son cosa de toda la vida, pero hay quienes en un momento dado deciden quitarlos.
En una clínica especializada en el retiro de tatuajes, se señala que 70% de personas que acuden a eliminarse uno lo hacen tras una ruptura amorosa.
Para el 10% es la sensación que su tatuaje pasó de moda, 8% porque la calidad no cumplió sus expectativas, 7% desea realizarse un cover up y 5% por motivos profesionales o laborales.
Las huellas del pasado: 8 de cada 10 que se retiran un tatuaje por rupturas amorosas se tatuaron antes de cumplir 24 años, cuando los comportamientos son más impulsivos y rebeldes. Hay otras que simplemente quieren cubrir el tatuaje para hacerse otro.
Los elementos más comunes que se desean borrar son nombres o iniciales, corazones, flores u otros elementos parecidos.
El psicoterapeuta Alan Rozz explica que los recuerdos de una relación pasada provocan un dolor real en las personas; “cuando se miran imágenes de antiguas parejas, o vemos algún elemento que nos la recuerda, como un tatuaje, se desencadena una reacción en el cerebro similar a la que provoca la abstinencia en una persona adicta a alguna droga.