Agua, pura vida

Vida 30/03/2016 05:00 Silvia Ojanguren Actualizada 05:05
 

El agua es fuente de vida y desde el vientre materno juega un papel especial en el desarrollo humano, importancia que se mantiene a lo largo de la existencia. Y es algo que no se puede descuidar durante el embarazo cuando ocurren cambios en el organismo femenino.  

En esos meses de gestación, la transformación tiene que  ver con  la creación de un sistema materno fetal y  un ambiente favorable al ciclo reproductivo. 

Se trata, al final de cuentas, que la mujer debe ser una madre sana, que tenga un embarazo y parto sin complicaciones y posteriormente un periodo de lactancia exitoso. 

Punto por punto. Especialistas del  Instituto de Bebidas para la Salud y el Bienestar de The Coca-Cola Company nos cuentan que entre los cambios del ciclo reproductivo se observa el incremento en la cantidad y distribución del agua corporal. 

Por esto se produce un  aumento en las necesidades del consumo de agua de la embarazada. La cantidad se va incorporando durante el proceso, es variable y puede ir de 4 a 8 litros.  

Hidratación. 

Los expertos del Instituto dicen que mantener un adecuado estado de hidratación es importante, para disminuir el riesgo de complicaciones durante el embarazo. 

El agua  potable puede satisfacer las necesidades de líquidos de las embarazadas, pero  el consumo de otro tipo de bebidas puede ayudar a satisfacer las necesidades y  preferencias individuales, no debe de olvidarse que los alimentos proporcionan agua.  

La leche es buena fuente de agua y calcio, este  es importante para la formación y mineralización de los dientes y esqueleto del bebé. Se recomienda que la leche que se consuma sea semidescremada o descremada. 

Durante el embarazo se sugiere que el consumo de bebidas con cafeína sea reducido,  ya que ésta  puede cruzar la barrera placentaria y el feto tendrá una capacidad limitada para metabolizarla y eliminarla, por lo que lo hará muy lentamente. Así, la recomendación que se ha generado indica que un consumo de 300 mg/día (2 tazas de café) o menos de cafeína no implica ningún riesgo para la salud del bebé o de la madre. 

Las bebidas con edulcorantes no calóricos pueden ser consumidas durante el embarazo y la lactancia. La agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó el uso de aspartame, acesulfame–K, neotame, sucralosa y a la estevia y sus derivados, ya que se consideran seguros durante el embarazo.  

 

 

 

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