¿Cómo atender el bullying?

Vida 28/05/2018 05:18 Silvia Ojanguren Actualizada 10:22
 

Siempre es buen momento para hablar del peligroso acoso escolar, que nunca ha estado ausente de los salones de clases. Pero la realidad es que ahora es más cruel y en ocasiones no tiene límites.

La doctora Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI), pone las cartas sobre la mesa y afirma “todos sabemos los daños que causa el bullying, pero el problema va más allá de las lesiones físicas y emocionales del momento…

“Si no se resuelve desde el punto de vista psicológico, hay grandes posibilidades de llevarlo a la vida adulta. Un niño agredido, que no resuelve la situación, con certeza será acosado en otros entornos escolares, en su adolescencia, y en su vida laboral o social”, dice.

Víctima y victimario

La especialista explica que el impacto también es para el agresor: “podría desarrollar conductas violentas en su vida adulta”.

A pesar de lo grave del suceso, contrariamente a lo que se piensa, el bullying no es uno de los motivos principales de consulta psicológica infantil.

La doctora Sotelo Arias cuenta que las consultas más frecuentes son por bajo rendimiento escolar, mala conducta o depresión por padres divorciados.

Pero llama la atención sobre que el bullying está presente como motivo secundario o terciario en la mayoría de los casos.

Eslabón perdido

“Lo que sí sabemos es que es una cadena que se trasmite de padre o madre a hijos. Los adultos que padecen ahora acoso laboral, casi por regla, sufrieron bullying y lo que es peor, se verá reflejado en sus hijos. 

De no solucionar el problema, los niños en su adolescencia y vida adulta, podrían experimentar escenarios de mobbing. Lo mismo sucede en sus relaciones sociales e incluso familiares”, alerta. Desde un punto de vista científico, CEEPI vislumbra el bullying como un problema que puede resolverse y sus expertos ofrecen estas recomendaciones:

No basta con cambiar a los niños de escuela, el problema los perseguirá y puede repetirse en otros entornos escolares.

Hay que enseñar a los niños defenderse de los otros y no se trata de la defensa física, la idea es hacerlo emocionalmente y esto sólo se logra al tener una alta autoestima. Si persiste y se vuelve insostenible lo mejor será acudir con algún especialista.

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