Aroma de tentación

25/07/2014 03:00 Silvia Ojanguren Actualizada 03:44
 
Una de las bebidas más populares en el mundo es el café y se toma a pesar de los mitos que le rodean, como que es adictivo, que quita el sueño, causa gastritis y que provoca estados de tensión o desata otros males, pero lo cierto es que  contiene cafeína, sustancia con efectos psicoactivos y actúa como estimulante del sistema nervioso central. 
 
Los efectos más notables de la cafeína son incremento del estado de alerta, mayor concentración y sensación de energía, lo que ocurre después de consumir una cantidad moderada de café: de dos a cuatro tazas (50 a 300 mg de cafeína), cantidad que difícilmente representa riesgo para la salud, además de que es gradual durante el día. 
 
 
A ciencia cierta
 
La cafeína se absorbe en el estómago en unos 45 minutos tras  tomar café y se metaboliza en el hígado y es  eliminada en la orina. El riesgo de adicción es muy bajo. Diversos estudios realizados entre consumidores regulares de cafeína no han encontrado signos de dependencia.
 
Sobre la hidratación
 
Hay quienes piensan que tomar café deshidrata. Este mito sobre la deshidratación y el café surgió cuando se sugirió que la cafeína tenía efectos diuréticos. Pero como sucede con muchas sustancias, la intensidad de la respuesta depende de la dosis; así, cuando el consumo es en grandes dosis (más de 500 mg) la cafeína promueve la diuresis.
 
Control de peso
 
Algunos estudios sostienen la hipótesis de que el consumo habitual de café se asocia con la reducción de una variedad de indicadores de la obesidad, en particular con una mejor tolerancia a la glucosa y un mejor perfil lipídico, entre otros.
 
 En pruebas con animales, a los que se ha inducido la obesidad, el consumo de café ha sido asociado con un decremento en el peso corporal, adiposidad, triglicéridos y energía ingerida. Además, mostraron resistencia sistémica a la insulina, quizá debido a la cafeína. 
 
Riesgo cardiovascular
 
Un análisis que comprendió estudios realizados en un intervalo de 42 años sugirió que el consumo moderado de café (una a dos tazas al día) puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiacas. 
 
Hay investigaciones que valoran positivamente la capacidad antioxidante del grano del café que se mantiene ya sea molido y pulverizado, pero algunos médicos alertan que hay personas que deben controlar su consumo y algunas que no deben tenerlo entre sus bebidas favoritas. 
 
Si una persona padece gastritis o úlceras deben visitar al médico, además  hay quienes prefieren mantenerse lejos  de una taza de café, sobre todo en las tardes o noches, pues afirman que les provoca insomnio.
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