Los niños pequeños y no tanto son exploradores natos, quieren descubrir cosas y en ocasiones no miden los riesgos, lo que enciende la alarma de los padres ante el peligro de un accidente.
La Secretaría de Educación Pública asegura que la mayoría de los accidentes ocurren en los hogares, donde hay que tomar medidas para atender las lesiones leves como heridas y quemaduras.
Buenos consejos. Los niños están expuestos a sufrir raspaduras o laceraciones, debido a “los juegos con pelota, caídas de bicicleta, golpes por balones, e incluso por el choque entre ellos mismos”, indica Concepción García, enfermera especialista de BSN medical.
La experta nos cuenta que los pequeños pueden sufrir heridas, debido a la incorrecta manipulación de un objeto metálico o punzocortante.
Todas estas situaciones, por lo general, “vienen acompañadas de sangre, lo que impacta al niño y a sus padres”, explica.
Botiquín contra heridas. La recomendación es tener a la mano, en el coche, bolso o mochila una bolsita plástica o cajita metálica con jabón neutro, gel antibacterial o toallitas alcoholadas, apósitos de tres tamaños con almohadillas no adherentes e hipoalergénicas, y algodón.
¿Qué hacer cuando el menor se expone a una quemadura, por ejemplo, cuando son resultado de contacto con sustancias calientes o generadas por electricidad?
La especialista recomienda mantener la calma y evitar el uso de pomadas o ungüentos.
Es muy importante no retirar lo que haya causado la quemadura, dado que sustancias como huevo o gasolina, se adhieren o extienden más sobre la piel al momento de removerlos.
“Si una quemadura se produce por el mal manejo de sustancias químicas o abrasivas, debe
trasladarse al menor al servicio de emergencias más cercano… En el caso de líquidos, éstos debe exponerse al flujo de agua fría”, dice la enfermera.
