Las oleadas sobre virtudes y defectos de ciertos alimentos van y vienen, pero una cosa cierta es que los alimentos procesados son fundamentales y permiten atender la necesidad alimentaria de millones de personas.
Un signo de su relevancia es que permiten “reducir el desperdicio de alimentos”, dice la doctora Ruth Pedroza, coordinadora del Grupo Académico Hablemos Claro.
Buena mesa. La cuestión es que se cree falsamente que los alimentos procesados son dañinos para la salud.
La realidad es que, explica, el procesamiento de alimentos no es nuevo, se desde que la humanidad preparó el primer pan hacia el año 8 mil a.C. época en que utilizó la fermentación, secado y conservación con sal.
“La humanidad ha tenido contacto con los alimentos procesados desde tiempos remotos y hoy en día, con los avances científicos, estas técnicas han evolucionado con el fin de garantizar un suministro de alimentos suficiente”, afirma.
Ruth Pedroza agrega que hay que dejar en claro que representan comida segura para la creciente población y su estilo citadino.
Cuentas claras. “El hambre sigue siendo un desafío cotidiano para 815 millones de personas en el mundo… por lo que se requiere de alimentos más baratos, nutritivos y de fácil conservación y traslado”, recuerda.
En cuanto a los nutrimentos y beneficios de los alimentos procesados, la coordinadora de Hablemos Claro señala que hay alimentos enriquecidos o fortificados con vitaminas y minerales que evitan que los consumidores tengan deficiencias nutrimentales.
“Las frutas procesadas —aquellas que congeladas, enlatadas o deshidratadas— aportan fibra y vitaminas, no hay por qué tener miedo en consumirlas, con la ventaja de que están disponibles para el consumidor durante todo el año”.
Para la experta en buena comida es importante que “recordemos que no hay alimentos buenos o malos sino dietas correctas e incorrectas”.
Menú sin problemas. Los alimentos procesados son opción para mucha gente. “Por ejemplo en el caso de personas que requieren un régimen de alimentación especial:
“Las personas celiacas, las intolerantes a la lactosa y los pacientes con diabetes pueden tener acceso a alimentos específicamente adaptados a sus necesidades, lo que les permite un mejor control en su estado de salud”.
Existen alimentos procesados reducidos en calorías y en sodio, ricos en fibra, así como alimentos enriquecidos con nutrimentos en beneficio de la salud gastrointestinal.
Pero en casos especiales “es importante acudir con un especialista que ayude a diseñar un plan alimenticio acorde a nuestras necesidades nutricionales y, sobre todo, no temerles a los alimentos procesados”, afirma.
