Mente y cuerpo sanos

23/04/2014 03:00 Silvia Ojanguren Actualizada 02:55
 
El hecho de que la gimnasia para el cerebro  mantenga alejadas ciertas enfermedades es algo de lo que cada vez se habla más y tiene estrecha relación con un tema que, aun estando íntimamente ligado, se comenta menos: la inactividad física puede dañar el cerebro.
 
Para expertos en el tema de la salud integral  la cuestión es importante, ya que está comprobado que el ejercicio, entre otros beneficios para el organismo, promueve el desarrollo de células cerebrales nuevas. 
 
Piensa y muévete 
 
Esto es una realidad pero poco se sabe del impacto de la inactividad física sobre el cerebro y, de acuerdo a un estudio realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Wayne State, es muy probable que la falta de ejercicio tenga consecuencias negativas sobre el funcionamiento cerebral de los seres humanos.
 
La investigación se realizó con animales, pero está comprobado que el cerebro de los humanos opera de manera similar.
El caso es que los científicos reunieron un total de 12 ratas, seis de las cuales contaban con una rueda para correr, mientras que las otras seis no. En poco tiempo, los animales que se ejercitaban llegaron a correr casi cinco kilómetros diarios, mientras que las otras permanecieron sedentarias. 
 
Tres meses después, les inyectaron una tintura especial para colorear las neuronas de la médula ventrolateral rostral, una zona del cerebro que gobierna el sistema nervioso simpático, encargado de controlar la respiración y la presión arterial a través de la constricción de los vasos sanguíneos.
 
Evidencia cerebral,al descubierto
 
Cuando el sistema simpático funciona correctamente, los vasos sanguíneos se ensanchan o contraen de manera adecuada, indican los científicos a cargo del estudio. 
 
Pero  “el exceso de actividad de dicho sistema provoca que los vasos se contraigan de manera desordenada, lo cual contribuye a la aparición de diversas enfermedades cardiovasculares”, explica el doctor Patrick Mueller, profesor de fisiología en la universidad.
 
El mal funcionamiento del sistema nervioso simpático puede deberse, según los expertos, a cambios neuronales en la médula ventrolateral rostral. 
 
En efecto, tras analizar los cerebros de ambos grupos de ratas, los científicos encontraron que las neuronas del grupo que se ejercitaba se mantenían casi idénticas y funcionaban adecuadamente, mientras que las del grupo sedentario presentaban más ramificaciones de lo normal. 
 
Esta multiplicación de bifurcaciones las hacía mucho más sensibles a estímulos externos y, por ende, más proclives a sobreestimular el sistema nervioso simpático, con lo cual contribuían al desarrollo de enfermedades cardiacas.
 
El doctor Mueller indica que gracias a este estudio es posible determinar el impacto de la inactividad sobre la salud neuronal y cardiaca y, sobre todo, para comprender que la falta de ejercicio puede efectivamente modificar la estructura y el funcionamiento del cerebro.
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