Una corriente saludable recorre el mundo, ha puesto a andar, correr, ejercitarse a millones de personas de todas las edades por todos lados, pero pocas saben que hay diferencia entre actividad física, ejercicio y desarrollo de condición física.
De esto y otras cosas nutritivas habló el especialista en medicina actividad física y deportiva, José Rolando Flores. Explicó que hay dos tipos de ejercicio.
La diferencia cuenta. Al presentar la ponencia Ejercicio y salud. Efectos benéficos y recomendaciones prácticas en el seminario “Factores Socioculturales que conforman la alimentación de los mexicanos” de Coca-Cola México, explicó:
El ejercicio aeróbico es la actividad continua que tiene por lo menos una duración de 2 a 3 minutos y se dosifica de forma distinta a la fuerza. Se requieren 4 características: frecuencia, intensidad, tiempo de duración y el tipo de ejercicio.
Los días necesarios para lograr beneficios cuentan y hay que cumplir al menos 150 minutos semanales, de acuerdo con las posibilidades, gustos y preferencias. Este ejercicio se adapta para que no provoque ningún daño músculo esquelético, afirmó.
El anaeróbico es el ejercicio de fuerza y se puede realizar mediante cargas externas al grupo muscular que se trabaja, las cuales pueden ser aparatos con pesos, el propio peso de la persona, ligas, mancuernas o barras.
Deben hacerse de 12 a 15 repeticiones de cada ejercicio (la rutina debe incluir de 8 a 12 ejercicios) procurando utilizar la mayor parte de los grupos musculares y hacerlo con una frecuencia de 3 días por semana, en días no consecutivos.
Saludable movimiento. El especialista médico contó que cuando una persona pasa todo el tiempo sentado y no realiza actividad física, sus músculos permanecen inactivos, lo que provoca una baja circulación sanguínea, que tiene consecuencias, genera problemas como obesidad, enfermedades del corazón, músculos atrofiados, diabetes, osteoporosis, y apnea del sueño.
Además dijo que la obesidad se asocia a 10 diferentes tipos de cáncer.
“Cuanto más tiempo pasamos sentados, mayor es el riesgo de mortalidad”, indicó y destacó que 30 minutos de actividad física de intensidad moderada, practicando algún deporte o combinando la rutina diaria con caminar o subir escaleras, pueden lograrse beneficios significativos.
“Esta media hora no hay que hacerla seguida, sino que se puede dividir en tres bloques de 10 minutos durante el día y tiene la misma efectividad”, aseguró.
Acciones de fondo. La actividad física es buena, mejora la circulación y disminuye la presión arterial y oxigena, además produce endorfinas (hormonas ligadas a la sensación de bienestar), reduce la ansiedad, estrés, agresividad y depresión.
Al moverse se logra calidad de sueño, aumenta la autoestima, la concentración y todo mejora en lo académico o laboral.
