Que te acompañe una ‘chela’

Vida 05/04/2018 05:18 Silvia Ojanguren Actualizada 05:20
 

En cuestión de gustos nada está escrito, ciertas combinaciones de comida y bebida funcionan más que otras de acuerdo con cada persona, no existen reglas científicas ni “lógica gastronómica” acerca de los maridajes con cerveza.

El Consejo de Investigación sobre Salud y Cerveza dice que la combinación es algo personal o de grupo, según el momento y el placer que ofrecen alimentos y bebidas.

Los ácidos. La cerveza tiene un campo de oportunidad ante el vino, en el de los ácidos: cualquier plato aliñado con vinagre altera y desvirtúa muchos vinos y sólo algunos blancos fermentados en barrica o jereces aguantan la sensación que produce en el paladar este ingrediente.

La cerveza combina muy bien con los escabeches, tanto en el terreno de las carnes como de los pescados por la fuerza ácida del vinagre, que encuentra en la cerveza su contraparte. La cerveza combina estupendamente con los platos en los que abunde el tomate.

Verduras que son incompatibles con el vino por su acidez, se llevan de maravilla con la cerveza, de manera que se pueden hacer tantos maridajes como combinaciones de platos de verduras.

Los picantes y condimentos. La cerveza alivia la sensación que producen los platos picantes y condimentados con su contrapunto refrescante. Suaviza la intensidad del cilantro y el jengibre.

Pocas bebidas alcohólicas aguantan al ajo y pimentón, pero la cerveza destaca por ser buena compañera de estos ingredientes.

Los platos agridulces. La cocina oriental, en especial la japonesa, se alía perfectamente con la cerveza gracias a las salsas que frecuentan sus platos, en los que abundan soya y wasabi.

Las mostazas y salsas catsup combinan bien con las cervezas, por su sabor intenso. Por eso, la hamburguesa con cerveza es todo un clásico.

Los ahumados y marinados. La cerveza le baja los humos a carnes y pescados tratados con este método, tanto embutidos como salchichas y pescados ahumados.

Las brasas. Los sabores tostados de muchas de las carnes preparadas a la plancha armonizan perfectamente con las cervezas de cuerpo medio.

Las grasas. La cerveza aporta una sensación de “limpieza” del paladar en todos los platos que presenten un elemento graso abundante, tanto carnes como embutidos, pescados grasos, etcétera.

Los amargos. Las verduras como berenjenas se equilibran con el sabor intenso de las cervezas con cuerpo. Es la única bebida capaz de domar a la rebelde alcachofa y sus toques metálicos.

Platos con chocolate.  Cualquier plato que incluya al chocolate en su salsa encuentra, en la cerveza, buena compañera. La deliciosa combinación de los postres de intenso sabor a chocolate con cerveza negra lo prueba.

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