El amor en tiempos de la red

02/04/2014 04:00 Silvia Ojanguren Actualizada 02:27
 
Es primavera y para mucha gente la temporada ideal para el amor, campo en el cual las redes sociales digitales no representan una transformación en las relaciones afectivas, mas sí un mayor riesgo, dice Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
 
Las letras e imágenes siempre han tenido algo que ver  en las relaciones humanas, la especialista nos recuerda que los noviazgos  se daban anteriormente de manera epistolar: “Las cartas iban y venían con versos, historias y relatos de amor entre los adolescentes”. 
 
Los cambios del tiempo 
 
Después, el teléfono jugó un papel fundamental: horas y horas de estar platicando y los recibos telefónicos eran la evidencia. Ahora, el amor casi no se escribe en las cartas ni se platica por teléfono: el medio son las redes sociales. 
 
“A las palabras se le agregaron fotos y videos. Así, una comunidad de gente es testigo de los amores de los adolescentes, de sus desencuentros, de sus reconciliaciones y rompimientos.  ¿Esto es  bueno o malo? Depende de cada caso y de la madurez de los jóvenes, pero sus familias deben jugar un papel clave para evitar posibles desaguisados y situaciones que los pongan en riesgo”, explica  Sotelo Arias. 
 
En su opinión, la tecnología no es mala: “el problema es la forma en que se usa. El amor a distancia siempre ha existido en todas sus modalidades”. Entonces, ¿qué es lo nuevo? Nada. “Las relaciones afectivas son las mismas de siempre, el cambio es el impacto que pueden tener al ventilarse en una comunidad abierta a todo tipo de personas e incluso desconocidos. Como todo en la vida, la mesura y la responsabilidad deben regirlas”, dice.
 
¿Qué hacer y no hacer como padres?
 
• La primera red social. No todos los jóvenes maduran igual. Por ejemplo, hay chicos de 16 años que son incapaces de manejar un auto y hay otros de menor edad que son más responsables y lo pueden hacer. Lo mismo sucede con la red social.
 
• Nunca entrar a la red social de los hijos. Es como cuando la madre leía el diario de la hija. Es intrusivo, genera resentimientos y magnifica las preocupaciones.
 
• Debe haber horarios y límites en el uso de los dispositivos con acceso a internet; por ejemplo, ni grandes ni chicos deben tuitear ni ver mails a la hora de las comidas.
 
• Medidas de seguridad. Los adultos no pueden ser indiferentes a la tecnología. Tienen que adentrarse en ella para poder asesorar a sus hijos en materia de uso y de seguridad de la red social.
 
Enredadera humana 
 
La especialista explica que los padres de familia deben estar siempre al pendiente, “pero principalmente tener una comunicación efectiva con los hijos”. 
 
Si un joven se vuelve adicto o enfrenta situaciones de riesgo es responsabilidad de los padres de familia, afirma, para dejar en claro que “también es resultado de una mala relación entre padres e hijos desde el punto de vista de la salud mental”.

 

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