La terapia psicológica ayuda al paciente a encontrar un rápido equilibrio ante el diagnóstico de alguna enfermedad, sobre todo si es terminal, ya que la mayoría de la gente suele estar más tiempo en la etapa de negación y obstaculiza inconscientemente el tratamiento.
Esto porque, dicen especialistas médicos, una enfermedad es un proceso difícil e inestable para todas las personas.
Antes y después. Cuando el paciente recibe un diagnóstico, sobre todo de un padecimiento terminal, que ya no es posible revertir, comienza una etapa de su vida en que la estructura psicológica y emocional sufren un cambio frente a la realidad que está presentando tanto el paciente como sus familiares.
La comunicación del paciente con su familia, amigos, médicos y en general su entorno permite que se le oriente de una mejor manera, pues durante la fase del tratamiento es común que evidencie sentimientos de desesperación que pueden hacer nula la esperanza y afectar su estabilidad emocional.
Realidad diferente. Una buena comunicación da a la persona la posibilidad de distraerse y olvidarse por un momento de su estado de salud.
Expresar las emociones y sentimientos que se presentan durante el proceso de la enfermedad facilitan la llegada a la aceptación, de esta manera, deja fluir el proceso.
El tratamiento psicológico es necesario y debe ser practicado por profesionales capacitados para lograr disipar toda esa mezcla de emociones que surgen: Miedos, angustias, dudas y pronóstico de la enfermedad, así como las pérdidas que van acentuando dificultades físicas, laborales, sociales, afectivas y sexuales.
Especialistas de DellSer indican que 78% de pacientes que acuden a terapias individuales y familiares con expertos médicos, han tenido mejor diagnóstico emocional y psicológico frente a su enfermedad.
“La familia es parte muy importante en el proceso del paciente”, dice Alicia Ayala, psicóloga especialista en el Centro Integral de Salud, DellSer. “Los especialistas llevan al paciente y sus familiares de la mano durante todo el proceso de la etapa de su enfermedad”, dice.
La ayuda psicológica puede darse a un enfermo terminal o grave, pero también ser para un pequeño que no entiende cuestiones como la muerte o separación de unos padres, o incluso de un adulto envuelto en una situación de crisis por enfermedad de un familiar o amigo.
