El sexo pone activos todos los órganos del cuerpo, incluidos los ojos, que no solo sirven para ver a la pareja y coquetar, sino como fetiches eróticos. A la atracción sexual hacia los ojos ajenos se le llama de muchas maneras: oculolinctus, oculofilia e incluso oculolingus.
Consiste básicamente en el disfrute de lamer, tocar y a veces intentar penetrar la zona ocular o eyacular en ellos. Hay prácticas sexuales que no pasan de lo inofensivo, pero hay algunas que lo parecen, pero pueden convertirse en un problema de salud, como el sexo en los ojos que tiene básicamente dos fuertes tendencias que vienen de Japón y Estados Unidos, el pink eye y el beso japonés.
El “pink eye” (ojo rosa) consiste en eyacular sobre los ojos abiertos de otra persona y se considera una práctica de la pornografía, este término es el mismo que se usa en el mundo anglosajón para referirse a la conjuntivitis.
Cuando hay eyaculación en los ojos, lo médicos señalan que debemos recordar que a través de los fluidos corporales, incluido el semen, se pueden transmitir infecciones (incluyendo el VIH). Si el semen se mete en los ojos se cree que la persona podría contagiarse de algunas enfermedades que pueden ser transmitidas a través de las relaciones sexuales ya que hace contacto con la mucosa del ojo.
El caso del llamado “Beso japonés” gana cada día más popularidad entre los jóvenes japoneses, es bien sabido que los japoneses tiene cierta “adoración” por lo ojos (lo que se refleja en todas sus carictauras) es una parafilia denominada oculofilia, y de ella se desprende un exótico fetiche el oculolingus o "worming" que se basa en lamer los ojos de alguien. La sensación ha sido descrita como las cosquillas que se tienen cuando alguien te lame los pies y es una práctica relativamente nueva, o al menos popularizada desde mediados de la década pasada.
