Atrévete a probar el 68

Sexo 27/04/2017 05:00 Cecilia Rosillo Actualizada 05:00
 

Dentro de las posturas sexuales es común que se tomen a animales, objetos y hasta números pare referirse a la forma que los cuerpos adquieren, y sin duda el número más famoso es el 69,  pero de hecho hay una postura llamada el 68 que para muchos es mejor que el 69.

El 68 (no el movimiento estudiantil) pertenece también al grupo de posturas para el sexo oral y se cree que es la mejor forma para hacerlo, ya que esta posición consiste en que uno de los dos se coloque debajo, generalmente es la mujer, y la otra persona sobre ella, pero con el cuerpo girando hacia arriba. Así la persona de encima puede controlar, con movimientos pélvicos, el ritmo al que recibe el sexo oral.

Es como una nueva variante del clásico, aunque en este caso no ofrece placer a los dos, sino sólo a uno de los miembros de la pareja en cada turno. La postura implica que uno de los dos, al acostarse, deje las piernas dobladas, mientras él o la otra persona se acuesta en la otra dirección con la cabeza sobre los muslos de su pareja. 

En el caso de la mujer, ésta debe colocar la vagina sobre la boca de su pareja para darle un acceso directo a la zona de acción. Esta posición, pese a que suena fácil de hacer, puede no serlo tanto, por ello, si es necesario, se debe apoyar el peso sobre los codos para liberar a la pareja de parte del peso corporal.

 

Sus Beneficios. Una de sus grandes ventajas es que deja las manos libres para caricias o masturbación. Estar arriba es la perfecta opción para aumentar el propio disfrute. Y si se está debajo, será una de las mejores maneras de acceder a los genitales de la pareja de una forma diferente.

El mayor beneficio que reporta es que el placer obtenido es mucho mayor que con el tradicional 69. No sólo la postura es más cómoda para ambos, sino que además el no tener que estar pensando cómo satisfacer simultáneamente a la pareja con lo que conlleva durante la práctica sexual que ésta sea mucho más placentera para quien está arriba.

También aumenta la intensidad de los orgasmos alcanzados y reduce considerablemente el tiempo para alcanzarlos, ya que la interrupción de la estimulación durante periodos breves, incentiva la excitación y la profundidad del placer recibido. Además, el hecho de estar esperando turno mientras se da placer a la pareja que se encuentra en la misma situación puede resultar verdaderamente excitante.

El 68 puede practicarse de forma intermitente, es decir, que por ser una práctica unilateral no debe fomentar la desigualdad sexual ni mucho menos un egoísmo de placer. Lo más satisfactorio es que de forma intercalada se cambien los papeles, de tal manera que la mujer haga disfrutar al hombre y a la inversa.

 

 

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