Con el cuerpo te clavas

Sexo 07/12/2016 05:00 Cecilia Rosillo Actualizada 09:55
 

Creemos que la elección de la pareja es algo meramente racional y emocional, pero  se ha descubierto que el responsable de la elección de pareja es el sistema inmunológico.

Cuando aparece el deseo  sexual  con alguien es porque esa persona causa ciertos efectos en la persona como emoción, gusto y motivación, este deseo surge por el antígeno leucocitario humano,  el cual busca en los demás un antígeno muy distinto al nuestro, es decir, cuando estamos cerca de una persona, nuestro sistema inmune trabaja captando el antígeno de otras personas y nos hace desear a aquellas que tienen uno  diferente. 

En el sistema inmune tenemos algo llamado   complejo mayor de histocompatibilidad, que  permite al cuerpo diferenciar entre las células buenas y peligrosas como virus y bacterias. Este complejo es el que se encarga de hacernos sentir atracción directa con los anticuerpos de la otra persona. 

 

Este fue parte del resultado de una  investigación que buscaba, de primer momento, encontrar la relación de la sexualidad y el deseo de procrear. Los investigadores descubrieron que entre mayor era la diferencia entre sus antígenos leucocitarios, el deseo y la satisfacción sexual  también eran superiores, además, vieron que la razón de esto tiene que ver con la supervivencia de la especie. 

 

Al realizar la investigación, los especialistas encontraron que las parejas o animales con HLA distintos, tenían más probabilidad de que su descendencia tenga resistencia a un mayor número de enfermedades, ya que el ADN de los hijos tiene elementos del sistema inmunológico de  madre y padre. 

 

De esta manera es como en realidad el deseo sexual surge y simplemente lo sentimos con ciertas personas, aunque muchas veces no lo sepamos. El cuerpo descifra mucho antes que nosotros que deseamos tener un encuentro sexual con quien está frente a nosotros, sólo por sentir su aroma. 

 

De hecho, explican los científicos que los peces, aves y mamíferos prefieren compañeros con un código genético distinto al suyo, el cual determinan usando lo que se conoce como señales olfativas. 

 

Aún hay cosas por profundizar como es el descubrir   cómo es que el HLA define el olor corporal, pero lo que sí está comprobado es que componentes del mismo se encuentran en el sudor y la saliva. 

 

Asimismo, las neuronas olfativas también ayudan a identificar el antígeno leucocitario sin que seamos conscientes de ello. Así, los  investigadores concluyen que estos descubrimientos no quieren decir que no podamos rebelarnos y domar nuestros propios instintos sexuales, sino que sólo es una explicación de cómo actúa el sistema inmunológico al elegir parejas sexuales. 

 

 

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