La muerte pequeña o “petite mort” es como se conoce al periodo refractario que se experimenta después del orgasmo femenino, es un desvanecimiento o pérdida de conciencia que tienen algunas mujeres tras experimentar el orgasmo.
Por mucho tiempo, el orgasmo se explicaba en el terreno de lo romántico, pero lo cierto es que es resultado de un proceso fisiológico extremadamente complejo, que entre otras cosas, conlleva una falta de riego sanguíneo al cerebro, que se cree es la causante de que la mujer tenga una conducta totalmente desinhibida, la pérdida de equilibrio, mareos y hasta la pérdida total de la conciencia.
Y es que para que haya orgasmo, se producen cambios significativos en el organismo: aumenta la presión arterial, la excitación de los centros nerviosos motores que estimulan la sensibilidad “periférica” cutánea, genital y muscular; hay una fuerte vasodilatación de los vasos sanguíneos cerebrales, el sentido del oído queda casi anulado, y se da una taquicardia a veces notoria.
Además, hay mecanismos que se desencadenan en la psique profunda, al que se le pide que se desinhiba, se abandone o “derribe” por unos instantes algunas resistencias psicológicas o emocionales muy arraigadas, lo que aumenta la tensión y hace al cerebro desconectarse por unos instantes.
Cómo pasa. El orgasmo femenino puede extenderse más de 30 segundos y en ocasiones alcanza hasta un minuto. En este periodo, el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardiaca, las contracciones secuenciales de los músculos de diferentes zonas del cuerpo y la liberación de una enorme cantidad de hormonas, como la oxitocina y la prolactina, que genera un estado alterado de la conciencia y puede llevar al desvanecimiento por la serie de cambios respiratorios particularmente fuertes que actúan contrayendo la aorta resultando un exceso de oxígeno en sangre o bien una falta de riego sanguíneo al cerebro.
El análisis científico de la actividad sexual femenina está dando sus primeros pasos y hoy se sabe a ciencia cierta que el orgasmo provoca una disminución en la actividad de zonas neocorticales del cerebro, particularmente en algunas regiones del lóbulo temporal, esto explica las pérdidas de equilibrio que sufren algunas mujeres inmediatamente después del orgasmo.
De igual forma, existe una disminución del flujo sanguíneo en la corteza orbitofrontal lateral izquierda durante el orgasmo femenino, que aunado a la dopamina puede generar este efecto momentáneo. Una especie de estado de coma de segundos.
