Ni un muerto más

Sexo 17/06/2016 05:00 Raúl Piña Actualizada 05:08
 

Hemos sido golpeados hasta morir con puños, botas, bastones, y nos han aventado para atrás con chorros de agua.  Nos han disparado, apuñalado, mutilado.  Nos han violado como castigo, y   hasta matarnos.  

Hemos sido aislados, atrapados y nos han quemado vivos, nos han colgado, nos han atado a cercas y nos han dado más y más golpes hasta lograr que dejemos de respirar.  

Nos han gritado pervertidos, contranaturas, pederastas, depravados. Nos han estrangulado en hoteles baratos y nuestras familias han pasado la vergüenza de reclamar un cuerpo que no tiene legalidad, ni investigación ni un mínimo asomo de buscar al culpable. 

Nos han robado el honor y nos han negado la justicia y los derechos humanos. Así que guarden sus oraciones y pensamientos para ustedes mismos que nos han visto morir todo este tiempo, y nunca han hecho nada por defendernos.  Texto copiado de las redes sociales de un hombre gay en Estados Unidos.

Primero fue Xalapa, en México, —aún no sabemos en qué van las investigaciones como siempre— y ahora Orlando, Florida.  Los ojos voltean hacia la comunidad gay y contra todo lo que se pudo pensar, vino solamente a fortalecer al colectivo gay en todo el mundo.

Más que nunca unidos.  ¡Ni uno más!  Es ahora cuando la gente homosexual de todo el mundo se toma de la mano, se abraza, se solidariza y se hace más fuerte.  Ni un paso atrás. Ni un muerto más. No a la discriminación.

Este lamentable hecho vino a unir familias, que por ignorancia,  soberbia,  miedo,  no aceptaban a sus hijos homosexuales y ante el temor de que algo les pueda pasar, abrieron sus corazones y sus  brazos, y les aman como siempre, pero ahora más, porque saben que ahí afuera, todavía está suelto el enemigo.  Muchos enemigos que pueden lastimar a sus  hijos.

Jóvenes en todo el mundo, a través de las redes sociales, deciden hacer un acto masivo y "salen del clóset" como muestra de hermandad con los  caídos en el bar Pulse y para que su muerte no sea en vano.  Ni uno más en el clóset. Ni uno más escondido.  Ni uno más avergonzado de ser gay.  Ni uno más con la mirada baja.  Ni uno más humillado.

A raíz de la muerte del joven Matthew Sheppard, en 1998 a manos de dos vecinos en una comunidad en Wyoming, EU, donde fue atado a una cerca y torturado hasta morir, se instituyó una nueva ley, —aprobada en 2009 y ratificada por el presidente Obama—,  pues en el momento del crimen, no había una ley  que castigara los crímenes de odio, por lo tanto, los asesinos no pudieron ser castigados bajo el rigor de la ley.

  Estos crímenes están  considerados como  de género, preferencia sexual, identidad de género o discapacidad.

La muerte de Mathhew Sheppard  fue triste, pero no fue en vano.  Los jóvenes en Orlando serán también un ejemplo de que no vamos a permitir que nos sigan robando los sueños, cortando las alas, reprimiendo y relegándonos a rincones donde nadie nos pueda ver.  Ahora, la comunidad mundial nos voltea a ver  de nuevo.  No queremos otro Xalapa, —La Madame—, no queremos más Orlando ni nada que nos ponga en riesgo y nos oprima de tal modo que vivamos presos del temor.

A una semana de que se celebre en casi todas las capitales del mundo la Marcha del Orgullo Gay (Gay Pride Parade), es ese mismo orgullo el que ahora será mucho más intenso, el grito de justicia sonará mas fuerte y más lejos y volverá a ser una marcha que exige legalidad, seguridad y tolerancia.  Derechos humanos  y respeto a nuestra preferencia. Iremos con la cara y la frente en alto.  Orgullosos, dignos, de pie y amándonos más que siempre.   #YoTambiénSoyXalapa.  #YoSoyOrlando. [email protected]

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