Preguntas incómodas de los metiches

28/08/2018 09:42 Víctor Jiménez Actualizada 12:43
 

Preguntas incómodas que hace una persona metiche, todos las conocemos: “¿Y para cuándo es la boda?”, “¿Sólo van a tener una niña, por qué no la parejita?”, “¿Y hoy por qué no estás bebiendo alcohol?”. Preguntas acerca de cosas de las que quizás prefieras no hablar. Hay preguntas que resultan muy personales y uno se siente obligado a contestarlas porque la persona aparenta tener interés.

Algunos de los temas que resultan incómodos para muchos están: hermanos, padres, hijos y la vida sexual. Quizás estas personas creen tener el derecho de preguntar, pero tú también tienes el derecho de no responder.

¿Qué mueve a la persona metiche?. Hay diferentes razones por las que la persona metiche hace preguntas inadecuadas o invasivas. Estas son algunas de ellas:

Devaluar a otros. Compararse con los demás en cuanto a situación social y económica.La pregunta “¿Tu hijo no va a ir de viaje de bodas?”, podría esconder detrás una comparación entre sus hijos y los tuyos. Intenta devaluar a los demás para sentirse mejor con respecto a lo que pueden obtener sus hijos. El metiche es muy competitivo.

Sentirse superior. Muchas veces quiere saber acerca de las desgracias ajenas para compararse y sentirse superior. Es increíble, pero cuando sabe que el vecino perdió el trabajo, de alguna manera se siente mejor con respecto a su propia situación económica y laboral.

Insatisfacción personal. Es común que quien se siente insatisfecho con su propia vida se vuelva metiche en la vida de los demás. Quiere saber qué están haciendo los otros, porque él mismo no está haciendo algo útil.

Interés romántico. Esto lleva a la persona metiche a tratar de descubrir todo lo que pueda acerca de la persona que le gusta.

¿Cómo actuar con los preguntones? Actúa desde el principio. Si al conversar con alguien en el autobús, la sala de espera o la fiesta notas que comienza a hacer preguntas incómodas, haz algo para evitar que la conversación vaya hacia donde no quieres. Amablemente dile que tienes que enviar unos mensajes, ponte a leer algo, levántate al baño.

Analiza y descubre. La persona preguntona quizás no tiene mala intención. Quizás a ti te molesta la pregunta porque está relacionada con un tema delicado en tu vida. Analiza por qué te sientes invadida y decide si quieres contestar la pregunta o no quieres.

Responde con propiedad. Si ya conoces a las personas que hacen preguntas intrusivas, prepárate para evitar tratar temas que te hacen sentir incómodo. Con antelación, planea qué vas a contestar en cada caso.

Salte por la tangente. Discretamente cambia el tema de conversación. Quizás no le guste a la persona preguntona, pero dirige la conversación hacia donde tú quieras. En una fiesta, dirige tu atención hacia otra persona, toma el control: haz tú las preguntas o aléjate para buscar una bebida o un bocadillo.

Expresa tu malestar. Con las personas más intrusivas, será necesario decirles claramente que te molestan sus preguntas: “Esa es una pregunta demasiado personal y no la voy a contestar”. Hay quienes no se dan cuenta de que están siendo metiches, así que podrías hacerle un favor.

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