¿Necesitas poner límites en tu relación?

24/06/2014 03:00 Víctor Jiménez Actualizada 22:01
 

Una buena relación de pareja nos hace sentir a gusto y satisfechos. Cuando los miembros de la pareja respetan los límites acordados y expresan sus necesidades y deseos, la relación fluye. Ambos se sienten cómodos y reciben suficiente atención y cuidado. Pero, ¿qué pasa cuando tienen quejas constantes o expresan su molestia de manera indirecta? Es muy probable que los límites en la relación no estén claros. Señales de que necesitas límites más sanos
· No estableces claramente tus preferencias, por ejemplo, acerca de qué actividades hacer juntos o qué película ver. · Cambias tus planes, opiniones o comportamiento para satisfacer los deseos o circunstancias del otro. Por ejemplo, renuncias a un pasatiempo porque tu pareja así lo quiere.

· Estás muy pendiente de “qué va a decir”. Te afectan mucho sus opiniones.

· Haces cada vez más por tu compañero/a y obtienes cada vez menos.

· Estás dispuesto a hacer cualquier cosa para que la relación funcione, aun si esto significa renunciar a tus amigos, al respeto por ti mismo, tu independencia o tu trabajo.

· Haces varias actividades “por compromiso” o por quedar bien con él/ella, aunque vayan en contra de tus ideas y valores.

· Te cuesta decirle “no”. Haces cosas que interiormente preferirías no hacer.

· Le permites a tu pareja maltratar a tus hijos, parientes o amigos.

· Piensas que no tienes derecho a tener secretos, tiempo para ti mismo/a o actividades que te llenan de energía.

· Asumes responsabilidad por los fracasos de él/ella.

¿Cómo marcar límites?
Poner límites puede ser incómodo, incluso atemorizante para quien no ha aprendido a hacerlo. En la niñez, reprimimos nuestro enojo o tristeza a partir de las reacciones negativas de nuestros padres o cuidadores ante estas emociones. Sin embargo, muchos adultos aprenden a manejar el miedo y ser asertivos. Si ellos lo han logrado, tú también puedes, claro, con un poco de tiempo y esfuerzo. Las siguientes ideas, algunas de ellas propuestas por Anne Katherine, autora de Límites: donde tú terminas yo empiezo, te pueden ayudar a marcar límites sanos.

· La comunicación es esencial para construir una relación sana. Si te cuesta expresar tus sentimientos y pensamientos, trata de descubrir de dónde viene esta dificultad: ¿en tu infancia tus padres te permitían expresarte libremente?

· Si algo te molesta o inquieta, es necesario hablarlo, incluso si surge el típico temor a provocar más problemas. Aguantándote y callando no contribuyes a la solución. Aun si surge una discusión, siempre tienes mayor oportunidad de arreglar las cosas si hablas que si callas.

· No es necesario ofender a la otra persona para poner un alto. Recuerda que no eres responsable de las emociones y reacciones ajenas. Sólo eres responsable de comunicarte de manera respetuosa pero firme.

· Poner límites requiere de práctica y voluntad. Es posible que las primeras veces que marques un límite te sientas egoísta, culpable o avergonzado. De cualquier forma, hazlo. Tienes el derecho a cuidar de ti mismo, de tus intereses y necesidades.

· Asegúrate de tener muy claro qué quieres decir para expresarte de manera concisa y respetuosa, de preferencia sin enojo. No te justifiques ni te disculpes.

· Algunos no estarán dispuestos a respetar tus límites. Debes estar preparado para esto y tomar decisiones en consecuencia.  

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