Te sorprenderás al conocer estos siete factores que aniquilan el deseo sexual. Si últimamente has sentido poco interés en el sexo, podría deberse a cualquiera de estas razones.
Falta de sueño
El cansancio por no dormir bien te quita energía necesaria para el sexo, hace que se reduzcan tus niveles de testosterona (la principal hormona sexual masculina) y mata tu interés por el sexo. Desvelarte y la apnea del sueño (trastorno común en donde la respiración se interrumpe durante el sueño) pueden afectar tu vida sexual.
TIP: Descansa lo suficiente. Si duermes poco por la noche, toma una siesta en el día.
Estrés
La tensión por las actividades y exigencias diarias mata el deseo sexual. El estrés asociado al temor de no tener un buen desempeño o de no satisfacer al compañero o a la compañera, puede apagar el fuego de la pasión. Cuando estás estresado, ansioso o temeroso produces otra hormona: cortisol. Esta hormona debilita los niveles de testosterona y apaga el deseo sexual.
TIP: Controla tu ansiedad por medio de la respiración lenta y profunda cuando te sientas tenso con respecto al sexo.
Niveles bajos de testosterona
Si tienes una baja respuesta sexual o nada de deseo erótico, primero checa tus niveles de testosterona. Es necesario descartar el factor fisiológico antes de recurrir a otras explicaciones para la falta de impulso sexual. Es normal que a partir de los 30 años gradualmente vaya bajando la producción de testosterona, la hormona responsable de tu apetito sexual.
TIP: Comenta con el médico la disminución en tu impulso sexual. Podrían ser necesarias pruebas de testosterona y tiroides.
Imagen corporal
Si te sientes poco atractivo, tampoco te sentirás lo suficientemente sexy para satisfacer a tu pareja. Ésta es una característica de baja autoestima. Igualmente estar preocupado por el tamaño de tu pene afecta cómo te sientes en la cama y qué tan capaz te crees de satisfacer a tu pareja.
TIP: Ama tu cuerpo, sin importar su forma o tamaño.
Depresión
Cuando un hombre sufre depresión crónica, todo su cuerpo se ve afectado, incluyendo el deseo y la capacidad para tener sexo. La depresión es el peor enemigo del sexo por dos razones: aniquila el deseo, y los antidepresivos reducen tu impulso sexual.
TIP: Si sufres depresión, trata primero esta alteración del estado de ánimo y, una vez bajo control, enfócate en el problema de la inhibición sexual.
