¿Obstáculos u oportunidades?

Vida 17/01/2017 05:00 Víctor Jiménez Actualizada 05:05
 

Lo único constante en la vida es el cambio. Las situaciones y circunstancias nuevas nos obligan a adaptarnos y hacer cambios. Aceptémoslo, en la vida nunca dejaremos de enfrentar obstáculos y situaciones desafiantes. Siempre habrá piedras en el camino con las que tropezaremos.

La vida es impredecible. Con frecuencia nos veremos obligados a tomar una nueva ruta porque cayó un árbol en  el camino. Difícilmente los proyectos salen de acuerdo a lo planeado. Si algo puede salir mal, muy probablemente saldrá mal, así que hay que estar preparados. Suena pesimista, pero no lo es. Es una realidad a la que nos enfrentamos una y otra vez: detrás de las montañas  hay más montañas.

Todo es del color del cristal con que se mira.

Tu forma de percibir las complicaciones determina el efecto que tienen sobre ti. Lo importante no es el obstáculo –enfermedad, problemas económicos, cuestiones imprevistas, pérdida material o humana– sino lo que piensas de éste, cómo reaccionas y cómo tomas el hecho de enfrentarte a una complicación.

Puedes ver las dificultades como una maldición, algo verdaderamente terrible que te impide conseguir lo deseado, mantener el bienestar o la tranquilidad. Con esta visión, viene una enorme frustración y desencanto que, si se prolonga, puede hacerte sentir derrotado, sin control de la situación. Esto provoca un malestar general que estorba para hacer tus actividades  con placer y eficiencia.

Prueba un par de lentes diferentes. También puedes tomar las dificultades de una manera diferente: como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, como señalamientos en el camino que te dicen hacia dónde dirigirte. Es importante entender lo siguiente: Esas piedras que encuentras en el trayecto no te impiden llegar a tu destino. Haber sido rechazado para un empleo no significa que nunca vas a encontrar el trabajo ideal para ti. Sólo debes probar otros caminos, crear tus rutas, tomar un poco más de tiempo o redefinir tus objetivos.

Las palabras clave son adaptación y modificación. Lo peor ante un obstáculo es insistir en que las cosas salgan como las habías planeado, pues esta es la fuente de la frustración. Una pregunta útil para sacar el mayor provecho de los obstáculos es: “¿Hacia dónde debo dirigirme ahora que surgió esta complicación? ¿Qué mensaje tiene esta dificultad para mi?”. Esta pregunta podría generar ideas interesantes: Quizás es momento de cambiar de ciudad, de dejar una mala relación, buscar un nuevo comienzo.

Los obstáculos te ayudan a crecer. 

¿Cómo lo hacen? Te empujan a ver hacia dentro y descubrir las capacidades no utilizadas, no descubiertas o no aprendidas. Laura, una oficinista que perdió su trabajo descubrió que a la gente le gustaban sus platillos y comenzó un negocio de comida a domicilio. Cuando José Ángel se divorció y se mudó a una ciudad costera, descubrió su verdadera pasión: la fotografía, actividad de la cual proviene su ingreso actual.

Ver los obstáculos bajo esta nueva luz te puede dar tranquilidad y una cabeza fría para hallar soluciones o nuevos caminos. Pero no es suficiente. Hay que actuar, pues la única manera de avanzar hacia tu meta es yendo a la acción. La parálisis sólo te mantendrá en un estado de falsa comodidad. Postergar lo que debes hacer sólo trae inquietud constante y es una manera de sabotear tus planes. Es hora de dejar de leer y poner manos a la obra. ¿Qué vas a hacer en este instante para actuar y acercarte un poco más a tu meta? 

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