Un antídoto contra la negatividad

13/05/2014 03:00 Víctor Jiménez Actualizada 19:21
 

Los pensamientos negativos son bastante frecuentes, surgen de manera automática, sobre todo ante situaciones que demandan fuerza, motivación y perseverancia. Por ejemplo, cuando llevamos un régimen alimentario o comenzamos un negocio, podemos llegar a tener pensamientos derrotistas: “He hecho tantos esfuerzos y he avanzado tan poco”. O podemos llegar a tener pensamientos atormentadores: “Debe haber algo mal en mí, porque no puedo lograr lo que otros consiguen fácilmente”. 

No estamos conscientes del impacto nocivo de estos pensamientos en el comportamiento y las emociones. Una vez que nos permitimos pensar negativamente, es fácil ir hacia abajo en una espiral descendente, pues las ideas negativas sólo llevan a más ideas negativas. En el camino hacia abajo surgen el enojo, la desilusión, la frustración y la impotencia. Las nuevas ideas negativas destruyen la motivación y fomentan la desesperanza. Entonces, abandonamos la dieta o el trabajo, dejamos de hacer ejercicio. Al fondo de la espiral está la depresión y la ansiedad. 

¿Por qué cambiar? Si no guardas algo tóxico dentro de tu casa, ¿por qué habrías de almacenar en tu mente algo tan dañino como los pensamientos negativos? Al igual que los tóxicos industriales, las ideas negativas son perjudiciales, contaminan y su toxicidad se extiende con facilidad si no te deshaces de ellas en cuanto aparecen. No des cabida a la negatividad. 

Desintoxica tu mente. Un principio de la psicología cognitiva dice que es posible hacer que la mente funcione a favor y no en contra de uno. Una forma de hacerlo es reemplazar los pensamientos negativos con ideas positivas, para que el pesimismo no influya en tus emociones y acciones. Reemplazar lo negativo con lo positivo es una técnica que requiere disciplina y atención para que sea efectiva. A continuación una fórmula contra el pesimismo:

1. Prepara el antídoto.  Tómate unos minutos para escribir una lista de tus pensamientos negativos más recurrentes. En otra hoja, escribe afirmaciones basadas en tus experiencias exitosas previas que contradigan cada una de las ideas negativas. Estas frases serán tu antídoto personal. Por ejemplo, para “debe haber algo mal en mí, porque no puedo lograr lo que otros consiguen fácilmente”, podrías escribir “es posible que otros hayan tratado más que yo o por más tiempo; ya he experimentado esto antes y he salido airoso; si los otros pueden hacerlo, yo también puedo”. 

Las nuevas ideas deben ser personales y creíbles para ti. Prepara estas frases con anticipación, ya que será mucho más difícil pensar en ellas cuando estés en un estado negativo. Cárgalas contigo en todo momento para recordarlas y usarlas cuando surjan las ideas nocivas. Si así lo deseas, puedes romper, quemar o tachar la lista de pensamientos tóxicos como un ritual que represente que ya no forman parte de ti.

2. Identifica tus pensamientos negativos. A lo largo del día, pon atención a lo que piensas. Reconoce tus pensamientos derrotistas: “No tengo la fuerza para hacer ningún cambio en mi vida” o “Estoy demasiado viejo para iniciar cualquier proyecto”. Descubrir tus pensamientos negativos cuando recién surgen te ayuda a detenerlos, a evitar que su toxicidad se propague y a reemplazarlos por unos más benéficos.  

3. Aplica el antídoto. Cada vez que te sorprendas regodeándote en una idea pesimista, recurre a tu lista de frases personales y esperanzadoras para contrarrestar el efecto nocivo. Después de hacerlo por al menos una semana, observa si notas algún cambio en tu forma de sentir y actuar. Comparte tu experiencia. Escríbeme: [email protected] / Lee más en mi blog: http://blogs.eluniversal.com.mx/avivirme/

 

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