Si tienes un amigo o familiar que ha sido afectado directamente por el sismo y están enfrentando un pérdida, puede ser difícil encontrar las palabras o acciones adecuadas para darle apoyo. No es tu culpa. Después de todo, nadie nos enseña qué decir en estas circunstancias. El soporte emocional en momentos tan difíciles es muy valioso y altamente apreciado. Si no sabes cómo ayudar, aquí hay algunas sugerencias de la Dra. Nora Baladerian, experta en el manejo psicológico de situaciones traumáticas.
Hazle saber que estás presente. Utiliza frases como: “No estás solo, estoy contigo”, “Estoy tan agradecido porque saliste ilesa”, “Específicamente, ¿qué puedo hacer para ayudarte?”. Puedes tomarle de la mano mientras dices ésto. Muéstrate paciente y permítele ventilar sus emociones. Hazle saber que aprecias su amistad o relación y la confianza de compartir su sufrimiento contigo.
Escucha de manera empática. Puedes ayudar mucho con tan solo escuchar y validar los sentimientos de quien ha experimentado una pérdida. Escuchar con los oídos y el corazón bien abiertos es un gran regalo que das a quien sufre. Hazle saber a tu amiga o familiar que verdaderamente estás escuchando. Una forma de hacerlo es repitiendo algunas de las palabras que utiliza al describir su situación. Por ejemplo, si te dice que se siente aterrada, podrías comentar: “Sí, es una situación aterradora, es normal que te sientas aterrada. Yo me sentiría igual que tú si hubiera sufrido una pérdida de ese tipo”.
Por ningún motivo digas: “No te sientas mal”, “Es la voluntad de Dios”, “En parte es tu responsabilidad, deberías haber tenido un seguro”. ¿Cómo podemos pedirle a alguien que ha sufrido una pérdida, por pequeña que esta sea, que no se sienta mal? Es antinatural e inhumano. Quizás más adelante pueda entender que no tiene control sobre todo lo que sucede, pero por el momento difícilmente podrá entender que alguien venerado como Dios pudiera desear que ella experimentara esta pérdida. Tampoco le ayuda echarle en cara sus errores.
Permite que viva su duelo. Evita el impulso de decir: “Son cosas materiales, que se pueden reponer fácilmente”. Si bien esto es cierto, para quien ha perdido sus muebles, su auto o las fotografías familiares, la pérdida es significativa. Una mejor opción podría ser algo como “Eres una persona con muchos talentos y capacidades. Sé que puedes manejar este nuevo reto. He visto cómo has superado otras situaciones difíciles. Aquí estoy para ayudarte a lograrlo”.
Ayúdale a enfocarse en la gratitud.
Muchas personas se sienten agradecidas por haber sobrevivido o haber salido ilesas a un desastre como el terremoto. Es importante resaltar la enorme bendición de estar vivo. Ayúdale a la persona a encontrar otras cosas por las que estar agradecida. Seguramente surgirán varias importantes.
Comprende su proceso. Aceptar una pérdida y seguir adelante a pesar de ésta es un proceso. Por fortuna, siempre hay una luz al final del túnel. El tiempo ayuda. La presencia y el apoyo de alguien a quien le importamos ayuda aún más. Mientras la persona se acerca cada vez más a la aceptación, es muy probable que surjan emociones como el enojo, la tristeza, el desánimo. Es normal que esto ocurra. Entenderlo te permitirá darle una presencia de mayor calidad y calidez. Si tienes la oportunidad de ayudar a alguien que sufre por una pérdida, estas ideas te servirán de guía para actuar.
