Ten paciencia con tus hijos

Vida 05/12/2017 05:18 Víctor Jiménez Actualizada 05:28
 

Nadie nos enseña a ser padre o madre, debemos aprender en el camino. Hay mamás empeñadas en criar a su hijos con paciencia y amor. Están probando diferentes estrategias  para poner límites y establecer la disciplina con amor. Estas madres han descubierto que cuando los chicos pelean, no hacen la tarea o tienen que repetir algo cinco veces, los gritos y la violencia han dejado de ser efectivos.

Saben que cuando les gritan a sus hijos o los maltratan, éstos dejan de escuchar y difícilmente aprenden la lección, pues están más concentrados en lidiar con el miedo, producto de las agresiones, que en descubrir qué hicieron mal o cómo quieren los papás que actúen. Estas nuevas mamás confían en otras opciones para enseñar disciplina alejadas de los gritos e insultos. Aquí nos comentan sobre algunas de esas estrategias.

Olga (madre de 3 niños) A mí me ha funcionado hacerme más consciente de mi conducta. ¿Cómo lo hago? Observando, a lo largo del día, cómo reacciono a lo que los niños hacen. No ha sido fácil, pero para ayudarme, cargo conmigo una libretita donde anoto brevemente la hora, lo que sucedió, mi respuesta, el resultado de mi reacción y reflexiono sobre qué podría haber hecho diferente. No siempre puedo hacerlo inmediatamente. A veces lo registro antes de irme a dormir, como una pequeña reflexión del día. De esta manera voy identificando mi tendencia y las circunstancias que favorecen una reacción violenta. Por ejemplo, cuando estoy muy cansada, es más fácil que explote. Saber ésto me ayuda a buscar estrategias para darles un mejor trato a mis hijos. Una de estas estrategias es esta: cuando llego a casa, antes de entrar, tomo un par de respiraciones profundas para sentir mi cuerpo y dejar atrás las tensiones del trabajo.

Karina (madre joven de un niño) Lo que yo he descubierto es que si me acerco a mi hijo para tener su atención, la puedo conseguir más fácilmente. Así que, en lugar de gritarle desde la cocina a la sala, me acerco a él. Cuando estoy frente a Camilo y me agacho para estar a su altura, no tiene otra opción más que escucharme. Claro, en estas condiciones no es necesario gritarle ni sacudirlo para que comprenda lo que clara, pero suavemente, le explico. ¿Qué cómo aprendí a hacer ésto? Una amiga en alguna ocasión me dijo: “Si a otros adultos en el trabajo, la tienda y otros servicios no les hablas de manera ofensiva, ¿por qué no te diriges a tu hijo con respeto y amabilidad?” De inicio fue un duro golpe, pero después de pensarlo, lo acepté: ella tenía razón. Cuando me acerco y le hablo suave, calmada y amablemente, Camilo tiene una mejor respuesta. A veces necesito respirar profundamente unas cuantas veces para calmarme si su comportamiento me irrita. Él comprende perfectamente lo que le digo y yo me quedo más a gusto conmigo misma.

Silvia (madre de una niña de tres años) ¿Sabes a mí qué me sirve para facilitarme la labor de madre? Hablo con otras madres y padres y les pregunto cómo manejan ellos algunas de las situaciones difíciles en la crianza de sus hijos. Esta apertura a aprender de los demás ha sido un tesoro para mí. Cuando otra mamá comparte una estrategia de disciplina conmigo, evalúo si me gustaría ponerla en práctica, si al hacerlo le hago daño a mi niña o me hago daño a mí misma. Por ejemplo, una estrategia que aprendí de otra mamá fue tomar un “tiempo fuera” cuando siento que sube mi molestia y estoy a punto de estallar. Entonces, me alejo o voy a mi cuarto, cierro la puerta y me recuesto un momento, o voy al baño y me lavo la cara con agua fría. A mí me ha funcionado muy bien hacer esto. Para ejercer la disciplina con amor, las mamás debemos tener un plan de acción, o como dicen, un as bajo la manga. A mí me ayuda ensayar mentalmente cómo voy a manejar las situaciones en las que tiendo a perder la paciencia.

Sígueme en facebook.com/vjimenez67

Google News - Elgrafico

Comentarios