¿Te sientes seguro, amenazado o motivado?

Vida 04/07/2017 05:00 Víctor Jiménez Actualizada 05:09
 

¿Sabías que en tu cerebro hay tres sistemas que regulan tu conducta y emociones? Cada uno de ellos se activa de manera natural ante ciertos estímulos. El sistema de logro se activa ante la motivación y la recompensa. El sistema de amenaza y protección se activa ante el peligro, real o imaginado. El sistema de calma y seguridad se activa con el toque afectivo.

Los dos primeros sistemas predominan en las vidas de la mayoría y el último está bastante olvidado. Para Paul Gilbert, autor de libros sobre la compasión, la predominancia depende de la historia personal de cada uno y de las circunstancias actuales. En tu caso, ¿cuál es el sistema emocional más influyente y que se activa con mayor frecuencia?

El sistema de logro. Esta es la red emocional en nuestro cerebro que nos lleva a conseguir recursos materiales y monetarios, una pareja y una mejor posición en el trabajo o dentro de la sociedad. Esta red está muy ligada al sistema de recompensa y motivación. Preservarlo depende en gran medida de la producción de dopamina, una sustancia asociada a los centros de placer en el cerebro, y que regula la motivación y el deseo. Esta hormona nos lleva a repetir conductas que nos dan o placer o a evitarlas si son desagradables. Cuando esta red está muy  activa, es decir, hacemos demasiado por sobresalir, basamos nuestro valor en logros, las actividades que nos motivan podrían convertirse en adictivas. Tal es el caso de las personas adictas al trabajo.

El sistema de amenaza y protección. Este sistema emocional en nuestro cerebro se activa cuando nos encontramos en peligro. En ocasiones la amenaza es real, como cuando estamos a punto de caer a un precipicio, y en otras es imaginada, como cuando tememos que nos vayan a despedir del trabajo porque cometimos un error.

Este sistema nos permite luchar contra el peligro, nos da fuerza para atacar, por ejemplo, cuando alguien nos critica duramente; huir de la amenaza, activando nuestros músculos, porque sabemos que si nos enfrentamos en una pelea  (con la novia o el jefe), la perderemos. Se activa al experimentar emociones como enojo, miedo, ansiedad y desagrado; tiene una función muy positiva: nos alerta ante amenazas y obstáculos, para que podamos salir airosos o seguir adelante. El problema surge cuando recurrimos constantemente a él y le dedicamos mucha de nuestra energía mental. Esto puede ocurrir por vivir rodeado de situaciones muy estresantes, con grandes demandas o en un ambiente agresivo.

La noradrenalina está íntimamente ligada a este sistema. Esta sustancia tiene una función activadora: nos mantiene alerta, eleva la presión sanguínea y hace que llegue sangre a los músculos, en preparación para la lucha o huida.

El sistema de calma y seguridad. Este mecanismo emocional en el cerebro tiene que ver con las sensaciones de seguridad (nos sentimos protegidos), pertenencia (en relaciones de apego seguras) y alegría (estamos en relaciones satisfactorias y seguras). Se originó en nuestra necesidad de relacionarnos y cuidar de nuestras crías. Se activa con facilidad ante el tacto suave, que quizás nos recuerda las caricias recibidas cuando éramos bebés o niños pequeños.

La sustancia involucrada en este mecanismo de calma y seguridad es la oxitocina, asociada a las sensaciones de tranquilidad, amor y cuidado. Esta sustancia química favorece la empatía, el altruismo, la generosidad, la amistad y la confianza. Además, están las endorfinas, sustancias que produce nuestro cuerpo y que tienen un efecto calmante del dolor y proporcionan una sensación de bienestar.

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