Mi hijo tiene autismo

17/07/2016 10:20 Redacción Actualizada 10:21
 

Por Irma Gallo.

Mamás, papás: quizá han observado ciertas conductas en su hijo que les preocupan y no saben bien qué hacer. Por ejemplo, se queda mirando una grieta en la pared durante horas sin hacer otra cosa y monta tremendo berrinche si intentan moverlo de ahí; o no se duerme, o no se baña o no se va a la escuela sin su manta o juguete favorito; o quizá no establece relaciones con los demás (ni siquiera con ustedes): no les habla ni los mira.

Probablemente hay gente que les ha dicho que su hijo puede padecer autismo, o ustedes mismos lo han deducido a partir de esta observación de sus conductas y de investigar en internet o de lo que han visto en películas o en televisión, pero tengan cuidado: es relativamente fácil confundir un diagnóstico de este tipo.

¿Cómo saber si mi hijo tiene autismo?

Primero no se asusten y por favor lleven a su hijo con un especialista. No importa lo que les digan —probablemente con la mejor intención del mundo—, sus amigos o familiares sólo un siquiatra o un sicólogo puede diagnosticar, después de hacer una valoración seria y durante un periodo prolongado, que un niño tiene autismo.

En entrevista para esta columna, el sicoanalista Iván Ruiz, coautor del libro ‘¿Qué tanto conozco a mi hijo?’, define como autismo:

“La posición de quedarse fuera del vínculo con los demás. Todo aquello que no pasa a la relación con el otro, por medio de la palabra, por medio del intercambio y del juego con los objetos y por medio de las relaciones y los diferentes vínculos que un niño tiene a lo largo de su infancia con los demás”.

El Dr. Ruiz también nos dijo que es indispensable que los padres estemos muy atentos al desarrollo de nuestros hijos, pues actualmente el autismo se define más por “el momento en el que se encuentra el niño” que por síntomas específicos.

Por ejemplo, hay niños que pasaron del punto en el que sólo se interesan por su propio cuerpo para comenzar a interesarse por los objetos, pero ya no van más allá de eso, se quedan detenidos en este momento de su desarrollo, y “ese objeto” —dice Ruiz— “no se convierte en un objeto de intercambio con el otro, sino más bien es un objeto que utilizan para complementarse a sí mismos”.

Como el ejemplo de la manta o el juguete sin el cual no duermen, no comen, no se bañan, no salen.

Finalmente, Ruiz advierte que hay conductas que pueden desaparecer después de un tiempo, por lo que la observación al niño debe hacerse durante el periodo que establezca el especialista: “para ver si aquello que no cambia es lo que podemos nombrar como autismo”.

¿Tiene cura?

Lamento decirles que no, mamás y papás, pero con un tratamiento adecuado el niño podrá tener cierto grado de relación con los otros, lo que le permitirá vivir una existencia lo más humana posible. Por eso es muy importante el trabajo de los padres, sobre todo durante los primeros años de vida. El Dr. Iván Ruiz nos lo explica de esta manera: “La colaboración de ellos es fundamental para producir los cambios más importantes en la vida de un niño que presenta todas estas dificultades”.

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