¡OJO con el bullying!

Vida 13/03/2016 13:38 Redacción Actualizada 13:38
 

Irma Gallo

Cuando era niña, en la década de los setenta, no se hablaba del bullying. Por supuesto que existían niñ@s que hacían sufrir a otr@s; y aquell@s que se quedaban callad@s y aguantaban todo, pero nadie llamaba a esa conducta por el nombre con el que ahora la conocemos. 

Sin embargo, el problema existía y sigue existiendo, y cuanto antes tomemos cartas en el asunto, mejor.

Vari@s lector@s me han pedido que toque el tema del bullying en esta columna, así que me puse a investigar y entrevisté a Estrella Calva, psicóloga clínica y maestra en psicoterapia psicoanalítica individual, además de coautora del libro Tips para apoyar a tus hijos en edad escolar (Nueva imagen, 2014), y me dijo algunas cosas que yo no sabía y quiero compartir con ustedes (aunque me advirtió que no hay que generalizar y siempre hay que ver cada caso individualmente, con su propia complejidad).

¿Qué pasa con los padres del agresor?

Según Estrella, se trata de papás difíciles, que observan las conductas:

1. Negación. ¿Te suena la frase “¡Mentira! Mi hij@ nunca haría eso?” Pues es de las más utilizadas por los padres de los niños que ‘bulean’.

2. No aparecen cuando los llaman en la escuela porque ya no quieren una queja más contra sus hij@s. 

3. Es muy probable que ellos mismos tengan problemas de agresividad, indiferencia, incluso violencia entre ellos.

4. Pueden tener baja autoestima que compensan con agresividad. Estrella Calva me explicó una de las razones por las cuales actúan así: “porque no tienen la más remota idea de cómo hacerle frente. Es como si dijeran: tengo martillo, desarmador y clavos; me estás pidiendo serrucho. No tengo. O sea, se sienten literalmente desarmados.

¿Cómo hablar con los padres del agresor?

En privado. Según nuestra especialista, las intervenciones en grupo los intimidan. Es mejor hablar directamente con ellos (sin agredir ni amenazar) para sugerir alternativas a poner en marcha por las dos familias. 

Puedes pedirle a la maestr@ de grupo que haga la cita y esté presente en la conversación, pero no se te ocurra mencionarlo en una junta en la que hay más padres de familia porque esto sólo provocará que no asistan o que se tornen agresivos. Y con ninguna de las dos opciones habrá una respuesta positiva.

¿Qué pasa con los padres de la víctima?

1. Tienden a ser poco comunicativos. Ausentes. No expresan sus sentimientos y mucho menos delante de sus hij@s.

2. Por lo tanto, nunca preguntan a sus hij@s cómo están, cómo les va en la escuela, quiénes son sus amigos, cómo se llevan con sus maestr@s, etc.

3. Pueden estar pasando por un periodo depresivo y quizá no lo sepan.

4. Al igual que los padres del agresor, pueden tener baja autoestima, aunque la expresan de manera distinta.

Consejos

En el libro ‘Tips para apoyar a tus hijos en edad escolar’, nos ofrecen algunos tips:

No pelees con tu pareja ni con tus hij@s. No grites. No hagas de la violencia una conducta cotidiana en casa.

Conoce a los amigos de tus hijos.

Mantén contacto con la comunidad escolar.

No juzgues: escúchalos. Hazles saber que agredir está mal, y que dejar que te agredan también.

Enseña a tus hij@s a asumir las consecuencias de sus actos.

Si crees que has hecho lo posible por solucionar el problema y no lo has logrado, busca ayuda profesional.

De regalo

Si eres de los tres primeros en escribirme a [email protected] y me dices qué temas quieres que trate en esta columna, ya ganaste un ejemplar de ‘Tips para apoyar a tus hijos en edad escolar’, cortesía de Larousse. ¡Apúrate porque se acaban!

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