Hasta el último día de su vida buscó a Evelin

La roja 01/05/2018 05:18 Lydiette Carrión Actualizada 05:25
 

Los criminales que desaparecen a niñas y las venden, ¿sabrán el hoyo negro que dejan atrás? La semana pasada falleció la señora Esperanza Legorreta, quien buscó por cuatro años a su hija Evelin Fabiola Alcántara, desde que un hombre la robó. En memoria de la señora Esperanza, recordamos el caso de Evelin Fabiola.  

Era el 29 de mayo de 2014. Evelin Fabiola tenía nueve años recién cumplidos y cursaba tercero de primaria en el turno vespertino. Las mañanas solía pasarlas con sus padres, quienes tenían una panadería, justo en la mera casa.  

Por la panadería, las jornadas empezaban temprano, por las madrugadas; cocían pan, preparaban toda la vendimia, y a eso de las 10:30 de la mañana se sentaban por fin a almorzar. Aquel día no fue la excepción. Ya estaban por sentarse a la mesa, cuando le pidieron a Evelin que fuera por las tortillas.  

La niña salió de su casa en Tequisistlán, estado de México. Le pidió prestada a un vecinito una bicicleta negra, rodada 20. Se subió, con un short rosa, su playera blanca, sus calcetas blancas y aquel cabello que la llenaba de tanto orgullo: muy largo. Dobló sobre la avenida 5 de Mayo y continuó hasta el local. No eran más de 500 metros de distancia de su casa, y a un kilómetro de la carretera Texcoco-Lechería. 

La dependienta le despachó un kilo de tortillas e incluso le ayudó a colocar la bolsa en el manubrio. Fue ella quien vio a un hombre joven que esperaba a la niña afuera de la tienda. Después lo describiría: nariz aguileña, tez morena clara; le calculó unos 27 o 28 años, y él también iba en una bicicleta roja. Creyó que se conocían. La niña comenzó a rodar junto al hombre, pero en vez de tomar la dirección de vuelta a casa, fueron en sentido contrario, rumbo al fraccionamiento Real del Valle, a las vías del tren y a la carretera a Texcoco. 

NEGLIGENCIA POLICIACA.  Como en infinidad de casos, la policía mexiquense no prestó atención al caso. No les importó que se tratara de una nena de nueve años recién cumplidos. Fue hasta que los vecinos cerraron la carretera Texcoco-Lechería que los tomaron en serio y activaron la Alerta Amber: Evelin Fabiola Alcántara, de nueve años, tez morena clara, complexión mediana, ojos cafés, padece estrabismo en el ojo izquierdo, un metro 20 de estatura.  

Los vecinos se organizaron, así algunos informaron a los padres de Evelin que días antes un hombre llamado a Emmanuel Tarrios Olivar, de unos 27 años, había intentado abusar de otra niña de 14 años en una colonia vecina y su media filiación correspondía al retrato hablado del sospechoso; no estaba detenido, porque el padre de la niña no quiso denunciar. 

El joven fue detenido, no por el caso de Evelin ni por el de la otra niña, sino bajo el delito de lesiones. Luego se declaró inocente y denunció tortura; sin embargo, otro individuo que fue detenido informó que efectivamente Emmanuel se había llevado a Evelin, para venderla por 100 mil pesos. 

En noviembre de 2014, una pista apuntó hacia el norte, hacia Tijuana; luego hacia Estados Unidos. Por esas fechas fueron detenidas dos personas más: un tío de Emmanuel y otro individuo; este último señalaría a Emmanuel como el raptor de la niña, y agregó haberla transportado en una camioneta, para ser vendida. Una joven, novia de Emmanuel, también era buscada.  

A finales de 2016, Emmanuel fue condenado a 40 años de prisión. Las otras personas quedaron libres; acusaron haber sido torturadas y se retractaron de sus dichos.  

Como en muchos casos, las pistas o indicios de lo que pasó con la niña Evelin, que ahora tiene 13 años, no fueron investigadas a profundidad. Su padre, el señor Salvador Alcántara, y su madre, Esperanza,la  siguieron buscando. Pero la mamá enfermó en los últimos años. Ni el último día de su vida dejó de buscar a Evelin. Y su familia seguirá haciéndolo.   

 

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