Para Jonathan Torres Quintero, “El Oso” o “El Sicario”, dejar las filas de la policía no fue impedimento para seguir portando arma y amedrentar a todo aquel que se le pusiera enfrente.
Acostumbrado a la impunidad que le daba la escuadra que solía llevar fajada a la cintura y el supuesto poder que le daba una identificación de la desaparecida Secretaría de Seguridad Ciudadana del estado de México, Torres Quintero buscaba resolver todo a balazos.
El 29 de junio de este año dio una muestra de su comportamiento violento, ese que lo llevó a ser despedido de la corporación por las constantes quejas de abuso de autoridad y presuntos actos de corrupción.
Esa tarde, aproximadamente a las 17:30 horas, “El Oso” o “El Sicario” baleó, en la delegación Iztapalapa, a un hombre que murió en un hospital del ISSSTE en calzada Ignacio Zaragoza.
Su víctima se llamaba Aarón Alzúa Martínez, de 44 años, quien iba acompañado de su esposa, quien presenció la forma en que Jonathan Torres amenazó a su marido tras un incidente de tránsito. Le dijo que no sabía con quién se había metido, pues él era policía.
Hubo empujones entre ambos hasta que “El Oso”, de 29 años, encañonó a su rival y le disparó en el abdomen. Después escapó.
Alzúa Martínez fue trasladado al hospital del ISSSTE de Zaragoza, donde falleció.
Ese homicidio quedó registrado en la averiguación previa FIZP/IZP-6/T1/2343/14-06, en la que la testigo del crimen aportó los rasgos del agresor. Además dijo que ese sujeto, que supo le apodaban “El Oso” o “El Sicario”, decía ser policía del estado de México.
Durante varios días lo buscaron sin éxito, hasta que reapareció el 22 de julio en la colonia Federal, de la delegación Venustiano Carranza.
Ese día tuvo un nuevo altercado en la calzada Ignacio Zaragoza, a la altura del número 420.
Según testigos, un roce de hombros provocó que el ex policía le reclamara a Raúl Quiroz Acosta, de 29 años. Tras una breve discusión, “El Oso” sacó su arma y le disparó a una de las rodillas a su rival.
Un hermano de la víctima presenció la agresión y aportó datos del responsable a los agentes de la Policía de Investigación, que para esos momentos sabían que el agresor de Raúl Quiroz y el de Aarón Alzúa era el mismo sujeto.
La noche del 12 de agosto finalmente lo capturaron en calles de la delegación Venustiano Carranza. Entre sus pertenencias llevaba la credencial que lo acreditaba como policía mexiquense, con vigencia al 14 de septiembre de 2012.
Después de ser identificado por sus víctimas, el ex policía fue consignado a prisión.
