A sangre fría

La roja 20/04/2017 05:00 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 05:04
 

Cuando José Luis Rojas Castañeda se agachó para continuar cortando nopales, su pareja sentimental, Bartola Lara Jiménez sacó una pistola que llevaba en una mariconera y le disparó en la cabeza.

Él cayó sin vida entre los surcos de tierra. Ella le registró la ropa, volteó a ver en todas direcciones y escapó.

No se dio cuenta que, a unos metros de distancia, en la parte superior del terreno en el que estaban, en el pueblo de San Francisco Tecoxpa, en la delegación Milpa Alta, una persona había presenciado el crimen.

Eran entre la una  y las dos  de la tarde del 21 de febrero de 2016 cuando Bartola escapó creyendo que su plan marchaba bien, sin testigos que la delataran.

La mujer regresó a casa en ese mismo predio donde estaban los sembradíos de su pareja. Esperó varias horas y alrededor de las 20:30 horas llamó a una hija de José Luis y le dijo que estaba preocupada por su papá, pues no había regresado y él no solía faltar a casa.

Después se dirigió a la vivienda de la ex esposa, quien le ayudó a buscarlo. Lo encontraron muerto en las nopaleras de su finca.

Ante el Ministerio Público, Bartola dijo que ese día los dos salieron juntos a vender nopales; sin embargo, de regreso a su domicilio sonó el teléfono de su concubino, a quien le dijo que contestara, pero él se negó a hacerlo.

Según su dicho, creyendo que le hablaba otra mujer le reclamó y tras discutir, él se bajó a la altura de Xochimilco, mientras que ella continuó el viaje hasta su casa.

Los agentes de la Procuraduría capitalina no tenían hasta ese momento nada para relacionarla con el crimen.

Durante la investigación, con otros testimonios obtenidos, comenzaron a sospechar de ella, pues sabían que en los últimos meses la relación entre ambos no era buena y ella en más de una ocasión lo había amenazado.

Sus sospechas se confirmaron dos semanas después, cuando los agentes localizaron al testigo presencial, quien no había dicho nada por temor a sufrir represalias.

Él les contó que ese día José Luis Rojas cortaba nopales en su propiedad y atrás de él caminaba Bartola, a una distancia aproximada de 20 metros.

Según relató el testigo, alcanzó a escuchar que ella le gritaba “que era un pendejo, un poco hombre y que eso no se iba a quedar así”.

José Luis no le hacía caso y seguía caminando sin voltear a verla. Cuando se detuvo para seguir cortando los nopales, Bartola le disparó en la cabeza, privándolo de la vida.

El cerco se cerró cuando supieron que la víctima planeaba separarse de Bartola,  pues aparentemente había iniciado otra relación sentimental.

La hija de José Luis supo que el día 16 de abril del 2016 Bartola se iría a Toluca y dio aviso a los agentes que investigaban el caso.

Los policías montaron guardia y la detuvieron cuando estaba a bordo de un microbús en avenida México Poniente y Antiguo Camino de Xochimilco Tulyehualco, en el pueblo de San Gregorio, delegación Xochimilco.

La Fiscalía de Homicidios de la Procuraduría capitalina la consignó a prisión y el 29 de marzo pasado, un juez penal del Reclusorio Oriente le dictó sentencia de 27 años y seis meses de prisión.

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