Terror psicológico

18/10/2014 03:30 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 05:19
 
Antes de robarle su dinero a José “N” le quitaron la calma. Primero fue una cartulina afuera de su casa, después llamadas y mensajes a su celular, donde lo colmaban de amenazas de muerte.
 
“La verdad tengo mucho miedo, les voy a dar lo que piden”, les dijo José a los agentes de la Policía de Investigación del DF cuando presentó la denuncia el pasado 9 de septiembre. Los policías, acostumbrados a ver diariamente casos de este tipo, intentaron tranquilizarlo. 
 
“Lo mejor es no entregar dinero, sólo buscan infundirle miedo. No cumplirán sus amenazas”, le mencionó uno de los agentes.
 
“Ahorita creo que sólo dándoles lo que piden regresará mi tranquilidad”, sentenció José.
 
Somos de palabra
 
Sábado 6 de septiembre de 2014. Mientras José se preparaba para salir de su casa, en Iztapalapa, rumbo a 
sus locales comerciales en el Centro Histórico, sonó su celular. Se trataba de un mensaje enviado desde un número desconocido. 
 
“Espero que estés juntando lo que quedamos, somos de palabra, si pagas jamás te volveremos a molestar, pero si le quieres jugar al verga, ya veré como desquitarme” (sic), decía el texto.
 
José no le dijo nada sobre el mensaje a su esposa y salió de casa. Mientras conducía con miedo hacia su trabajo, volteando hacia todos lados, recordó las amenazas que unas horas antes, el viernes 5 de septiembre, le había dicho un extraño por teléfono.
 
“¿Ya tienes mi dinero?”.
 
“En eso estoy señor”.
 
“Pues apúrate pendejo”, respondió la voz antes de colgarle.  Durante ese día no supo qué hacer. El domingo no hubo ninguna nueva amenaza, varias veces revisó su teléfono móvil y se asomó afuera de su casa temiendo que le dejaran alguna manta como la que encontró el viernes 4 de septiembre, cuando empezó su tormento. El lunes 9 por la mañana le volvieron a marcar. Entonces decidió buscar ayuda.
 
El pago
 
Después de hablar con los policías José aceptó ponerle una trampa a sus extorsionadores.Esa misma tarde, cuando recibió otra llamada del supuesto líder criminal de La Familia Michoacana, le dijo que ya tenía parte del dinero que le pedía. El delincuente lo citó en avenida Juárez y la esquina de la calle López, en el Centro de la ciudad. José llegó ahí a las 15:15 horas. 
 
Entonces recibió otra llamada del mismo sujeto, quien le dio nuevas instrucciones. “Muévete al pasaje San Juan, ahí sobre la calle López”, dijo y colgó.
 
José se dirigió hacia allá y se instaló en una cafetería para esperar una nueva llamada. A unos metros de distancia lo seguían los policías de investigación.
 
A las 16:16 horas sonó de nuevo el teléfono. Le dijo que ya estaba ahí y el delincuente le contestó que en unos minutos mandaría a alguien por el dinero.
 
Unos cinco minutos después llegó un hombre de unos 25 años que se sentó a su mesa.“Vengo por el dinero”, dijo.
José le extendió un sobre café que contenía 20 mil pesos. Cuando el sujeto escapaba con el efectivo los policías lo capturaron.
 
Ante el Ministerio Público supieron que se trataba de Jorge Didier Valle Rosas, quien negó haber hecho las llamadas. Al saber que el sospechoso sería enviado a prisión, José recuperó la calma.
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