Obsesión sin control

14/05/2015 23:10 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 03:34
 
Por dentro,  Carlos Samuel Contreras ardía de celos y quiso que Zeltzin García, su ex pareja sentimental,  experimentara un dolor similar para así aplacar su ira.
 
Después de convencerla para que lo viera por última vez, la atacó sexualmente, le dejó caer dos rocas en la cabeza y finalmente le vació un bote de solvente en la cara y le prendió fuego. Así, el rostro de Zeltzin, de 22 años, poco a poco fue tomando la forma del carcomido corazón de Carlos: negro, chamuscado e irreconocible.
 
La joven se retorció en el suelo en medio de gritos de dolor y desesperación,  rodó para apagar las llamas que consumían su rostro y brazos. Sin fuerza para lograrlo se desmayó. Carlos la vio inmóvil. Le pareció que no respiraba y, creyendo que había consumado su crimen, escapó.Una llamada de ella, un mes después, le sorprendió. Así comenzó la emboscada de Zeltzin para llevar a su agresor a la cárcel. 
 
Después de varios días buscándola, Carlos Samuel logró hablar con Zeltzin García la mañana del 2 de marzo pasado. Dos semanas antes se habían separado definitivamente y él abandonó la casa de ella en la delegación Xochimilco.
 
Estaba obsesionado con ella. Sentía que la separación era solo culpa de ella y al creer que había otro hombre decidió asesinarla. Por eso la tarde del 2 de marzo, cuando llegó a la casa de Zeltzin, se mostró amable. Conforme pasaron los minutos fue mostrando su verdadero rostro.
 
Le reclamó por engañarlo y comenzó a jalonearla. Estaban solos en la vivienda y aunque ella gritó no hubo quién fuera en su ayuda. Sus esfuerzos por defenderse fueron en vano y además de golpearla la atacó sexualmente. Después, con dos piedras que tomó del patio de la vivienda le golpeó la cabeza hasta dejarla inconsciente. Pero su venganza no había terminado.
De una bolsa sacó una lata de solvente, como las que usaba para drogarse, y le roció el contenido en la cabeza a Zeltzin. 
Después le prendió fuego y creyendo que la había matado escapó. 
 
Cuando los paramédicos la encontraron, la joven aún respiraba, por lo que la trasladaron a un hospital en la delegación Miguel Hidalgo, donde permaneció internada más de un mes con quemaduras de tercer grado en su rostro, pecho y brazos.
LA TRAMPA.  El ataque contra Zeltzin quedó asentado en la averiguación previa FMH/H1/T3/029/15-03, que se inició por homicidio en grado de tentativa en la Fiscalía Desconcentrada en Miguel Hidalgo y que fue turnada posteriormente a la de Xochimilco.
 
Zeltzin les dijo a los agentes a cargo que Carlos era el responsable del ataque. Aunque se trazaron varias estrategias para dar con él, optaron por la más simple. Una llamada telefónica. Así, la chica tomó el teléfono y lo acercó a su lastimado rostro para comunicarse con él. Cuando escuchó su voz rompió en llanto.
 
Él no podía creer que estuviera viva. Ella siguió la estrategia que le indicaron los agentes y fingió perdonarlo y extrañarlo. 
Carlos cortó la comunicación, pero en una nueva llamada cayó en la trampa y aceptó verse con Zeltzin en las inmediaciones de la Glorieta de Vaqueritos.
 
La cita fue el 21 de abril. Ese día los agentes rodearon la zona y cuando se acercó a ella lo interceptaron. Él trató de escapar, pero no lo logró. Zeltzin lo identificó como su atacante, el mismo que le dejó cicatrices que llevará el resto de su vida.

 

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