Directo al corazón

La roja 08/06/2017 05:00 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 05:01
 

 Jorge Carapia estaba alcoholizado cuando salió con su esposa de la casa en la que vivían, en la colonia Barrio Norte, en Álvaro Obregón.

Los vieron abrazados, él tambaleante. Eran aproximadamente las 20:35 horas del martes 2 de mayo, cuando salieron a la calle Díaz Ordaz, que es angosta, sin banquetas y con poca iluminación como la mayoría de ahí.

Un vecino que los conocía asegura que Jorge Carapia, envalentonado, sacó un revólver que llevaba fajado a la cintura. Pretendía lanzar disparos al aire por el simple gusto de hacerlo. Al levantar el arma hacia arriba, su esposa, Amalia Salgado, le dijo: “no andes de loco”.

Según la versión de ese testigo, ella tomó el brazo de su marido y lo bajó en un intento por evitar que él soltara los tiros. La maniobra ocurrió al mismo tiempo en que él jalaba el gatillo. La detonación ocurrió cuando el cañón de la pistola estaba a la altura del tórax de Amalia, quien recibió el impacto a quemarropa y cayó inconsciente.

Al ver que no reaccionaba, Jorge, de 38 años, comenzó a llorar. Uno de sus amigos, apodado “El Nitro”, se acercó a él y le dijo que se fuera. Carapia Valdez le hizo caso, ambos subieron a un auto Nissan Tsuru y escaparon.  

Amalia, de 30 años, murió antes de la llegada de los paramédicos. Cerca de ahí estaban Policías de Investigación de la Procuraduría capitalina que patrullaban la zona. Ellos fueron tras el Tsuru. Los siguieron hasta que se detuvieron en una tienda Oxxo en la avenida Javier Rojo Gómez, esquina con Eje 6 sur, en la colonia Central de Abasto, delegación Iztapalapa.

Al acercarse a ellos, el conductor alcanzó a escapar, pero Jorge Carapia no. En la revisión preventiva le encontraron el revólver calibre .38 que llevaba en la cintura.

Al día siguiente, la Procuraduría capitalina anunció su detención. En conferencia de prensa, el fiscal Gustavo Omar Jiménez Escudero, dio una versión distinta: la pareja discutió en su casa, ella salió seguida por su esposo, quien le disparó. 

Al estar en el Ministerio Público se descubrió, a través del cotejo de huellas dactilares, que el presunto homicida contaba con dos ingresos a prisión por robo calificado y portación de arma de fuego.

Uno de los casos ocurrió en mayo de 2015 en la misma colonia donde vivía, cuando una cámara del C2 lo captó, junto con otros tres hombres intercambiando lo que parecía ser droga. Cuando los policías se acercaron, uno de ellos sacó un arma y despojó de un rifle a los uniformados. El otro uniformado desenfundó su pistola y lo enfrentó y abatió. Jorge Carapia y otro hombre se refugiaron en una vivienda en la calle Díaz Ordaz. Ahí lo detuvieron.

Pero al poco tiempo ya estaba de nueva cuenta en las calles. Ahora, Carapia Valdez  está de vuelta en prisión para enfrentar proceso por feminicidio, delito por el que podría alcanzar una sentencia de hasta 60 años de prisión. 

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