Le inculcaron el crimen

05/04/2014 03:00 Arturo Ortiz Mayén Actualizada 22:40
 
Cuando Roberto Alonso Martínez se enteró que su hijo de 19 años había perdido un pleito a golpes, decidió ayudarlo a cobrar venganza.
 
Lejos de tranquilizarlo, alentó sus impulsos violentos y le dijo que pronto el que lo había golpeado iba a pagar por lo que hizo. La madrugada del 19 de enero pasado, al darse cuenta que el rival estaba en una fiesta,  Roberto Alonso, su hijo José David Alonso y los tíos de éste, José Luis y Víctor Manuel Alonso, decidieron que la hora de cobrar la deuda había llegado.
 
Alrededor de las dos de la madrugada, Mario González Morán y su hermano Bernabé salieron del festejo en el que estaban en la colonia Carlos Hank González, en Iztapalapa, para ir a comprar cigarros.
 
Se subieron a una bicicleta; Mario la manejaba, mientras su hermano iba en la parte de atrás. Antes de llegar a la tienda, Bernabé se bajó y caminó a un lado de su hermano, quien redujo la velocidad de la bicicleta. Al avanzar así por la calle Platón Sánchez, ya en la colonia Las Peñas, se encontraron de frente con un auto rojo que estaba detenido, pero con el motor encendido. Al estar a menos de 10 metros de distancia, los tripulantes del auto aceleraron y embistieron a Mario González, quien cayó al suelo junto con su bici.
 
De inmediato bajaron cuatro hombres, quienes comenzaron a golpear en el piso a Mario y a su hermano. Después de los golpes que les asestaron, José David Alonso, El Junior, sacó un cuchillo que traía oculto entre sus ropas y antes de clavárselo por primera vez a su rival le dijo: “¡Te dije que ibas a valer madre, hasta aquí llegaste ojete!”
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Roberto Alonso Martínez presenció cómo su hijo se convertía en homicida. Después escaparon los cuatro a bordo del automóvil.
 
Bernabé gritó para pedir ayuda; los vecinos lo encontraron llorando y abrazando el cadáver de su hermano. Ante el Ministerio Público, Bernabé narró la forma en que ocurrió el homicidio y la identidad de los atacantes, a los que conocía por sus apodos: El Emeterio, El Güicho, El Cocol y El Junior.
 
Días después del crimen, policías de Investigación capturaron a Víctor Manuel Alonso en la colonia Los Ángeles Apanoaya, en Iztapalapa, y a Roberto Alonso cuando salía de una tienda de conveniencia, ubicada en la colonia Sección 16, en la zona de hospitales de la delegación Tlalpan.
 
Al saber que su padre y uno de sus tíos habían sido detenidos, El Junior se refugió junto con su otro tío en el fraccionamiento Héroes de Chalco, en el estado de México.
 
Allá lo capturaron, el 25 de febrero pasado, agentes de la Fiscalía de Homicidios. Ante el MP negó los hechos, pero dos testigos, además del hermano de la víctima, lo reconocieron, por lo que fue enviado a prisión, donde ya está reunido con su padre y su tío.
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