Pa’l frío, una chaqueta

Sexo 28/12/2017 05:18 Lulú Petite Actualizada 19:48
 

Querido diario: ¡Momento! En esta ocasión no voy a escribirte a ti, querido diario. Hoy voy a escribirle a alguien que agoniza. Al año viejo, que nos deja con recuerdos y cicatrices. No Querido Diario, esto no es para ti, es para él…

Apreciable 2017: No me voy a quejar. Vamos a suponer, sin conceder, que no es tu culpa. Tú solamente haces tu trabajo. Cumples tu ciclo con la rigurosidad de un cronómetro suizo. Como un tren o un río, no provocas, simplemente pasas, cargas con nosotros y nos transportas de un lugar a otro, de unas uvas a las siguientes. Lo que suceda en el trayecto, no es tu bronca. 

Ultimadamadresmente, tú no votaste por Trump, no pusiste el dólar a 20 pesos ni hiciste que la tierra temblara. La violencia y la corrupción ya estaban allí cuando llegaste. No. Tú fuiste bueno. Pasaste con serenidad por un camino de terracería. 

Ahí nomás te encargo ¿Te acuerdas cuando llegaste? Todo eran risas y uvas, deseos y propósitos. Maletas en las banquetas, borreguitos en las puertas, calzones rojos para el amor, calzones amarillos para el dinero y calzones abajo para la diversión. Te recibimos de fiesta y creímos que nuestra travesía por ti sería exitosa. No puedo quejarme. Con todo, salí airosa, así que porfis, ahora que te topes con tu sucesor, dile a 2018 que nos dejas encargados. Que somos buena onda. Que tampoco le vamos a echar la culpa de lo que suceda, pero tenemos certeza de que trae bajo el brazo 365 regalos maravillosos que disfrutaremos plenamente.

Al menos yo puedo contarte que te despido de maravilla. Digo, sé que somos tantos millones, que lo que suceda con una de tus pasajeras es de las veinte mil cosas que vienen valiéndote tres hectáreas de pepino, pero igual voy a contarte:

Ayer conocí a Gustavo. Me habló hacia el final de la tarde en pleno lunes navideño. En resumidas cuentas, acababa de escaparse de un recalentado y quería verme.

Es guapo. Tipo marroquí o como del Medio Oriente. Exótico. Habría pensado que era un jeque o un Rey Mago, hasta que abrió la boca. El acento norteño no perdona. Sus ojos negros lucían como piedritas pulidas en la noche y sus labios gruesos y carnosos incitaban a besarlos. 

Nos metimos bajo las sábanas para escapar del frío, el clima es engañoso, en la calle parece que hace calor, pero el viento es fuerte y se siente. Estábamos helados. Él hablaba mientras yo le acariciaba los vellitos del pecho. Me contaba cosas con los dedos cruzados detrás de la nuca, mirando el techo como si hablara con un terapeuta. 

En el fondo es lo que soy, siempre digo que lo mío son terapias, pero digamos, que en las mías sacan las mismas broncas, los escucho, pero también hacen cosas que no se ven en cualquier diván de consultorio.

Para complacerlo, comencé a desabrocharle el pantalón. Escabullí mi mano y encontré su animalote, venoso y duro. Comencé a chaquetearlo. Sonreía complacido. Se lo hice un tantito más rápido. Estiró el cuello hacia atrás y torció el rostro de placer. Gimió bajito: 

—No pares. 

Seguí masturbando hasta que estaba al máximo. Entonces alcancé un condón y se lo coloqué en la corona, hinchadita y sensible. Con los labios apretaditos, se lo bajé por el palo, presionándolo con la lengua y el paladar y empecé a lamérselo, describiendo circulitos. 

Sus dedos se deslizaban por mi cuello y bajaban por mi pecho. Entonces lo sentí. Se chorreó a borbotones, como pegado a la cama por una extraña fuerza de gravedad, exhalando y estrujando la sábana, disparando todo hacia afuera. Lo sentí bombear y fue delicioso. Se sacó el condón y le hizo un nudito antes de botarlo. Ya, al menos frío, no teníamos. 

Antes de despedirlo me invitó a pasar el Año Nuevo con él, en un hotel, dijo que pagaría el equivalente a varias horas. No lo he decidido, probablemente le diga que no, pero la oferta no deja de ser tentadora ¿Hay mejor forma de recibir el año que con buen sexo y buena paga? Así que ya sabes 2017, si me encuentras que te despido desnuda, brindando en la habitación de un motel con un norteño con cara de árabe, salúdame y dile a 2018 que me trate bien, que soy a todo dar. 

Hasta el año entrante, Lulú Petite.

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