LA BANQUETERA: Xaachila, ¡placeres oaxaqueños!

18/12/2015 05:00 Paola Ascencio Actualizada 13:14

 

Cuando pensábamos que el verdadero sabor de Oaxaca no podría encontrarse con la misma suavidad de sus tres carnes saladas combinadas con frijoles de olla, queso fresco, rábanos y salsa picosa, “Tlayudas Xaachila” nos demostró todo lo contrario.

Con antojitos oaxaqueños y tlayudas de treinta centímetros de diámetro, este minúsculo local situado en una de las recónditas calles del Centro Histórico, nos comparte las texturas y el sazón de los platillos tradicionales de uno de los pueblos más cercanos al centro mixteco: Zaachila.

Del lugar nadie puede quejarse. Filas y montones de gente afuera de su diminuta cocina —esperando probar una de sus famosas tlayudas gigantes—, demuestran cada día que a pesar de que no cuentan con sillas, mesas, ni es un restaurante formal, sin duda vale la pena comer sentados en la banqueta alguno de sus afamados platillos.

El negocio tiene casi dos años en su humilde local casero. Luego de treinta años como proveedores de productos oaxaqueños, Alejandro Aragón y su esposa María de Lourdes Martínez, decidieron experimentar en los terrenos culinarios. Aprovechando un local que tenían abandonado, esta pareja oaxaqueña se empeñó en cocinar de la misma forma como se hace en su tierra natal.

El sitio es fácil de reconocer. Basta con mirar las decenas de personas utilizando una de las bardas de la calle Santísima como comedor, para descubrir el paraíso de maíz, frijol, salsa y tasajo, y el oasis de tres salsas de toques domésticos (chile verde, guacamole y chiles secos), que convierten del ambiente citadino del Zócalo, en un edén gastronómico mexicano.

En la cocina, que luce como un pasillo alargado ataviado con una plancha de metal y unos cuantos aditamentos de linea blanca, tres mujeres oaxaqueñas se dedican a preparar cada componente de sus guisos colosales. La masa de maíz se revuelve entre agua y se aplasta en una prensa rectangular, las salsas bailan y se marean en una vieja licuadora y los frijoles resguardados en una olla de tamaño magno, exhalan un perfume de hierbas y chile mije.

De su menú, escrito sobre cartulinas fosforescentes y pegado entre cintas adhesivas modestas, se pueden escoger los molotes preparados de papa con chorizo, envueltos en una cobija de tierna masa de maíz crujiente, quesadillas de veinte centímetros de largo rellenas con quesillo derretido y tinga de pollo. También los huaraches cubiertos con queso fresco artesanal, pasta de frijoles molidos y cubiertos con gajos de cecina de res, carne enchilada o de chorizo regordete que truena en la boca.

Pero la especialidad de la casa, son las tlayudas. Esas que con treinta centímetros de diámetro rememoran la Plaza de Santo Domingo en cada mordida. Y es que sobre un plato de maíz crujiente pero nada duro —que se cocina al vapor de leño—, una cama de frijoles delgados machacados, col, cebolla, tres carnes encima, rábanos y un baño de las tres salsas de la casa, se convierten en la mejor forma de rememorar la comida oaxaqueña en un local de banqueta.

Además, todos sus ingredientes son traídos de Oaxaca, desde los aguacates del guacamole, los frijoles delgados y el queso de petate, hasta las tres carnes con las que puedes pedir tu plato principal.

“Me gusta comer aquí tlayudas porque tienen un sabor muy rico, te ponen lo típico de México como el guacamole. Recomiendo mucho que vengan a comer” Jessica.

“Es la primera vez que como aquí, venía pasando y me dio hambre. Todo es muy rico, me gustó mucho todo tiene un muy buen sabor”, Berenice González.

Visítalos de lunes a domingo de 10:30 a.m a 6:30 p.m sobre la calle Santísima # 21, colonia centro, entre Emiliano Zapata y Soledad, en la delegación Cuauhtémoc.

Plato estrella: Tlayuda de tres quesos: una tortilla de maíz crujiente cubierta con frijoles, col, cebolla, rábanos, tres carnes y bañada en salsita

Huevómetro: 5 estrellas

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