Hay sabores que surgen de cocinas de alta alcurnia, otras surgen después de mucho practicar, pero la especialidad de este lugar nació del ingenio y la espontaneidad de César Mondolla.
Como sucede con muchas invenciones mexicanas, César asegura que sus tacos de receta única nacieron después de cocinar “al aventón”; de ahí que su especialidad lleve el mismo nombre. Y es que 46 años atrás, mientras preparaba comida para su familia, la falta de ingredientes lo llevó a improvisar con lo que tenía “a la mano”.
Al impulso de una corazonada, César ofreció sus tacos como una alternativa a la escasez de lugares para conseguir un bocado fuera de su trabajo. El 14 de febrero de 1970, Tacos el amigo —nombrados así en honor a la fecha de su apertura—, ahora conocidos como Tacos al aventón, se situó sobre la calle Emiliano Zapata, en Tlalnepantla.
Así lo cuenta Óscar Mondolla, hijo del taquero fundador de aquel lugar, donde poco más de 50 comensales arriban al mismo tiempo, en busca de su ahora legendaria especialidad: tacos de carne revuelta en una salsa preparada con mostaza, jugo maggi, salsa inglesa y cebolla.
El lugar está rodeado por fábricas, tráileres y automóviles de carga, pero sin importar lo que pueda envolver el lugar, es innegable el asombro que decenas de comensales obtienen al probar cualquiera de sus carnes elaboradas con la salsa de la casa.
En la plancha, cercada por decenas de familias y amigos voraces, los regordetes machitos se fríen y se envuelven en vapor, mientras otro cocinero prepara la mezcla que convirtió estos tacos en los favoritos de la colonia. También podrás encontrar los salados de longaniza, los clásicos de hígado a la plancha y los de alambre; cada uno servido al natural o “al aventón”.
Aunque el bistec al aventón no fue su primera especialidad, hoy es el taco que reina sobre el estómago de algunos comensales, pues su mezcla de sabores agrios —que hacen que la carne adquiera un color amarillo pálido—, dan a sus tacos de tortilla preparada a mano, el toque necesario para realzar su magnífico sabor.
Los de machito podrían funcionar bien como su segunda especialidad. Y es que su proceso de cocción de seis horas y la costra doradita que adquiere en el comal, lo convierten en el segundo favorito de los clientes; un taco que además de generoso, se sirve en una cama de doble tortilla.
Quizás el sazón que mantienen se debe a la manera en que sofríen sobre la plancha las grandes montañas de carne de res. Algunos aseguran que se debe a la manera en la que la carne reposa durante varios minutos sobre la plancha de metal. ¿Lo mejor para saciar tu paladar? Pueden acompañarse con cebollas en rodaja, papas al vapor o frijoles caseros; guarniciones que cambian día a día, pero que los hacen sencillamente excepcionales.
¿Dónde?
De lunes a viernes, de 8:00 a 15:30 y sábados, de 8:00 a 14:00 horas, en Emiliano Zapata, esq. Lázaro Cárdenas, colonia San Jerónimo Tepetlacalco.
