Ricos, baratos y al carbón

Al día 10/06/2016 08:51 Paola Ascencio Actualizada 09:01
 

Justo detrás de la catedral de Tacuba, donde está construida la entrada al metro de la línea azul, la familia Piña decidió establecer, en los años sesenta, un local de tacos al carbón. 

Hoy, casi 60 años después, ahora ubicados en el norte de la ciudad, sus tacos siguen conquistando paladares con un exquisito sabor carbonizado. 

Tacos al Carbón Lalo nació de las manos de Hermelinda Piña, una mujer que, en busca de un sustento estable, confió en su sazón para levantar un negocio familiar. Desde un principio, la idea de cocinar tacos a las brasas invadió su mente, y es que al ser el platillo tradicional mexicano, ella y su esposo Lalo, vieron en las tortillas rellenas de jugosa carne cocinada, un ingreso estable. 

Poco tiempo duró el local entre las calles que rodean la catedral; después de un tiempo, la necesidad de adquirir un hogar propio los llevó a situar su negocio sobre la avenida Gustavo Baz. Fue cuando Luis Echeverría llegaba al poder, que las puertas de esta taquería ―ataviadas de un humo denso y con olor a costilla ―, abrieron a unas cuadras de Ciudad Satélite. 

Marcela Piña, nieta de Hermelinda, y quien ahora tomó las riendas del negocio, asegura que ha sido la calidad de la carne y el sabor de sus preparaciones lo que los ha hecho perdurar. Y nadie podría negarlo, pues cada uno de sus guisos, cuidadosamente preparados contienen trocitos de carne fresca, recién macheteada y tan suave que casi podría deshacerse en la boca. 

El menú es vasto y variado, por eso dentro de su rústico comedor rodeado por imágenes de la virgen de Guadalupe, fuentes que resuenan entre cantaritos de barro y charros que enmarcan puertas y paredes, los comensales se deleitan con un festín gastronómico elaborado a las brasas, mientras rememoran lo tradicional de la comida mexicana. 

Los sopes son los primeros en llegar. Preparados con tortillas de masa amarilla, grandes y redondas, se tapizan con una cama de frijoles caseros, se salpican con crema, queso y se cubren con una capa de carne al carbón; puede ser pastor, chuleta, adobado o bistec, bañados en cualquiera de las cinco salsas de la casa. 

En la parrilla, las especialidades se pavonean con un sabor ahumado. Puedes elegir gringas, volcanes, alambres, nopales asados, combinados con queso o un taco de chile poblano asado que se rellena con queso oaxaca, se sirve macheteado y guarda un sabor fresco, exquisito y singular. Todo se tuesta en una flama de 20 centímetros de alto, pero si hay algo que hay que resaltar es el taco de costilla. Un taco de 100 gramos de corte roast beef, que te deleita con trocitos de carne blandita y cocinada al punto. No es tostada, pero sí se impregna de un suave sabor amargo. ¡Saldrás oliendo a carbón, pero vale la pena! 

Tacos de costilla finamente macheteada, suavecita e impregnada de un ligero sabor a carbón. 

¿Dónde?

Visítalos de martes a jueves de 4:00 pm a 12:30 am, y de viernes a domingo de 4:00 p.m. a 2:00 a.m., en Avenida Gustavo Baz #223, Naucalpan de Juárez.

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