Kenneth es todo un guerrero

Al día 05/05/2016 05:00 Astrid Rivera Actualizada 05:02
 

En octubre de 2013, una noticia estremeció a los capitalinos. En una cafetería de la delegación Tlalpan, una mujer y su hijo fueron baleados durante un asalto; ella perdió la vida en el lugar. 

Kenneth se enteró de la noticia una semana después, al despertar del coma que le ocasionaron los dos balazos que recibió. 

Doble duelo, el joven, de entonces 24 años, había perdido a su madre y uno de los proyectiles le causó una lesión medular que le impediría volver a caminar. 

Lo primero fue digerir la noticia  y después comenzar la rehabilitación. No hubo tiempo para lamentos, él era un sobreviviente y tenía que continuar. 

“Yo estaba dispuesto a dar la vida por mi madre, ella la dio por mí, si yo tuve la oportunidad de vivir, yo tengo mi vida y puedo continuar con ella, ¿por qué desperdiciar el tiempo en lamerme las heridas?”, dice  Kenneth Ramos Lau. 

Un par de meses en rehabilitación y Kenneth regresó a sus actividades. El joven reconoce que no fue fácil porque cambió su ritmo de vida, bajó más de 30 kilos y tuvo que adaptarse a su nueva condición, pero por su cabeza nunca pasó quedarse en cama.

Sus amigos lo impulsaron, la escuela lo esperaba. Retomó su ingeniería en telecomunicaciones y sistemas electrónicos y con un taller de la asociación Vida Independiente aprendió el uso de la silla de ruedas para trasladarse a cualquier lugar sin ayuda. 

Antes del asalto, Kenneth disfrutaba correr maratones y una vez que se sintió seguro retomó las carreras, ahora sobre dos ruedas. 

Los retos cada vez son más exigentes, primero cinco kilómetros, luego 21, y después un maratón completo. 

“Me dio emoción porque no podía mover el brazo izquierdo y ya me siento más fuerte... en vez de tirarme a contemplar mi nueva escena y quejarme de ello, prefiero tirarme de cabeza en algo que sí me sirva”, presume. 

Kenneth habla sin dolor, sin rencor. Sabe que los responsables de su discapacidad y de la muerte de su madre están libres, las autoridades no pudieron localizarlos, pero es una situación que no le preocupa, lo importante es recuperar su vida y ser feliz. 

En su búsqueda por independencia y movilidad, descubrió que es casi imposible conseguir sillas de ruedas adaptadas para el deporte y una idea le surgió: crear una empresa que dé asesoría sobre los tipos de sillas y sus accesorios y convertirse en un distribuidor. 

“Es difícil porque hay que contactar a los proveedores, pero es un proyecto que voy a comenzar próximamente”, asegura. 

Sus llantas avanzan firmes, Kenneth no es una víctima, es un guerrero que no desperdicia ni un segundo.

 

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