¡Me agasajó!

Sexo 25/07/2018 05:18 Helena Danae Actualizada 11:10
 

¡Hola, mis amores! Muchas gracias a todos por felicitarme por mi cumpleaños, los leí en mis redes sociales, vi sus fotos y sus dedicatorias, por todo eso es que me da gusto estar hoy en sus manos.

Les platico cómo fue mi día, me despertaron con las mañanitas, la verdad no quería levantarme, pero mi perra ya estaba esperándome para salir a pasear, así que en pijama, salimos a caminar, regresamos y el desayuno ya estaba hecho y yo me senté a disfrutar de mis hot cakes. 

Mientras estaba almorzando, mi novio empezó a darme un masaje y después a rozarme a su ‘amigo’, yo con las uñas le rascaba por encima del pants, sentía cómo se iba poniendo más duro. Terminé mi desayuno y nos fuimos a la cama de nuevo. 

Él me acostó y sus dedos pasaban por mis piernas, espalda, se detenía  en mis nalgas y se escapaba a mi entrepierna, un dedo rozaba al frente y otro se quedaba masajeando atrás, yo solo babeaba la almohada.

Puso una cobija en mi vientre para levantar mi cadera y así darme un buen regalo. Lo hicimos lento, con cariño, él respiraba sobre mi nuca y me decía feliz cumpleaños al oído, cuando estaba a punto de venirse, respiró un segundo y me dijo, aquí tienes una sorpresa, mi entrepierna estaba preparada para recibirlo.

Cuando terminamos, me llevó a la regadera, el agua estaba ‘al punto’ justo cuando yo entré, me lavó todo el cuerpo con el jabón en sus manos, se esmeró en cada rincón, cuando terminó de lavarme se hincó frente a mí y subió mi pierna a su hombro, empezó a chuparme con pequeñas mordidas, yo solo podía agarrar la cortina y apretarla fuerte, después del regalo que había dejado dentro de mí, mi clítoris estaba exageradamente sensible, hinchado y lleno de sangre, así que por más suaves que eran sus movimientos, yo podía sentirlos al millón.

Me provocó un squirt, que terminó de empaparle toda la cara, se limpió los ojos, sonrió y subió a besarme, tenía mi esencia en sus labios. Me secó y me cargó hasta la cama, habían sido demasiados orgasmos, así que caí rendida con la toalla enredada.

Más tarde, me despertó para decirme que era hora de ir a comer con los amigos, a mi lado había un vestido, ropa interior y mis zapatos, me ayudó a cambiarme, y camino al restaurante él iba manejando, aprovechaba cada semáforo, para besar mi mejilla y tocarme un poco, llegué súper prendida, tuve que meterme rápido al baño para masturbarme. 

Tocarme a la mitad de la comida era como algo prohibido, estaba sentada en la tapa de la taza, usando mi dedo índice para moverlo rápidamente frotando mi clítoris, con la otra mano me tapaba la boca, pues no podía escaparse ni un suspiro porque había personas en los otros baños, así que terminé mordiendo mi palma y salí más desahogada, pero chapeteada.

Cuando me senté otra vez en la mesa, él notó mi comportamiento, me delataba además lo rojo de mi palma, me sonrió como si supiera lo que había hecho, besó mi mano y la puso en su miembro por debajo de la mesa, así estuvimos toda la comida, compartiendo toqueteos y un poquito de saliva en nuestros besos.

Cuando llegamos a la casa, lo hicimos en el sillón y nos quedamos dormidos los dos. Disfruté cada minuto de mi cumpleaños, hasta los sueños. Es bonito que tengan tantos detalles contigo en un día especial o un día normal. Espero haberlos motivado para darle una bonita sorpresa a quien esté con ustedes.

¡Los adoro! 

Nos leemos la próxima semana.

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