Húmeda por dentro y por fuera

Sexo 27/06/2018 05:18 Helena Danae Actualizada 13:44
 

Olor a tierra y hierba, nada mejor que estos días, además hoy hay futbol, juega nuestra Selección y debo confesarles que ya llevo varios días usando la verde. Hace unos días, traía un mallón y mi adorada playera sin bra debajo, se veía hermosa.

En el camino decidimos pararnos a ver el paisaje, empezó a lloviznar pero en vez de correr al coche, decidí quedarme sintiendo las gotas frías caer en mi cuerpo. Cada una iba humedeciendo mi ropa, sentía que se esparcía por la tela; esa gota pequeña se impregnaba en mi playera. Cuando menos lo pensé, estaba empapada. 

Caminé mientras me quitaba la blusa, el aire rozaba mis tetas empapadas y mis pezones se ponían duros, en ellos sentía un poco de dolor con el aire  frío, sólo me tapé los pechos con la playera. 

Escuché un tráiler pitar, supongo que el chofer logró ver algo de mi cuerpo y quiso agradecer. Subí  al coche, mi chico ya estaba ahí, me hinqué sobre el asiento del copiloto, para tomar ropa del asiento trasero. Así, con mis nalgas apuntando al parabrisas, decidí bajarme el mallón y quedarme  en calzones. Quede sentada, con mis pantis de color amarillo y puntitos rositas, acomodé ‘la verde’ en el tablero, y mis pezones seguían muy duros. Arrancamos, mientras escuchábamos a Daniel Castro, ‘I’ll play the blues for you’, y la música se me metió en mis venas, me calentó.

A pesar de estar mojada, puse un pie sobre el estéreo y otro en la guantera, recliné el asiento, luego chupé mis dos dedos y los metí poco a poquito, mi chico aún no percibía lo que pasaba en el asiento de al lado; acaricié su mejilla, abrí su boca y metí mis dedos húmedos, sintió mi sabor y me miró. Yo ya estaba con las piernas bien abiertas y la panti de lado, muy húmeda. 

Decidió meterse en un camino, apagó el motor, desabrochó su cinturón y giró mi cuerpo hacia él, empezó a chupármela, tenía toda su cara hundida en mi entrepierna, tuve un orgasmo y abrí los ojos de golpe. Aún un poco atontada por el placer, noté que los árboles se movían; lo jale del cabello hacia atrás y me levanté, no había puesto velocidad ni freno, ¡el coche se estaba yendo, mientras yo me venía! 

Puse rápido el freno de mano y empecé a reírme todavía jadeando; él se sacó el pene ya duro, así que mi risa se tornó en una mirada perversa. Era su turno de disfrutar, afuera llovía aún más fuerte que cuando me mojé, estuve un rato con la boca y otro con la mano, quise alternar la mano, pero él no me dejó. Con sus dos manos detuvo y empujó mi cabeza hacia su pene; sentí un poco de su semen en la boca, estaba muy caliente así que me quité de prisa y él exploto justo en mi cara. Me bajé del coche y enjuagué mi rostro con la lluvia, la misma que me ayudó a entrar en calor ahora servía para dar por terminada la faena y limpiar las señales del pecado.

Aún me aguarda una fantasía, espero poder hacerlo completamente bajo la lluvia y que ustedes  imaginen cada detalle. Los adoro, nos leemos el próximo miércoles.

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