Hola, mis chulos, hoy es miércoles de Helena, día erótico, de buena vibra, fin de mes y quincena ¡qué a todo dar!
Con esta alegría que se vive y se respira, quiero admitir algo, yo tengo la creencia de que todos tenemos un lado bisexual, sólo que nos cuesta sacarlo a flote, muchas veces por el machismo y otras, por vergüenza. Lo importante es que si alguna vez nos pasa, somos libres para decir “sí es lo mío y quiero seguir haciéndolo” o simplemente “fue divertido, pero paso sin ver”.
He tenido varias escenas con lesbianas, pero para ser sincera quiero una mucho más hot, una donde pueda llegar y darle con todo.
Imaginen así: la chica, que le vamos a poner R y yo en un habitación, comiendo pizza, en pijama, algo sencillo, no morboso, un pantalón flojo con dibujos de gatitos y blusitas de tirantes sin brasiere, y es que eso sería una pijamada.
Entonces R y yo, con la cena, escuchando rock y platicando, a cierta hora es momento de acostarnos, así que quedamos frente a frente en la cama y comienzo a tocar sus pechos por encima de la blusa, la jalo un poco para verlos, rozo mis pies con los suyos debajo de la sábana, subo mi rodilla hasta su pelvis, descubro sus pechos y comienzo a acariciar su cuello. R me mira feliz de la vida y se acerca para besarme, seguimos hasta que ella me desnuda y yo a ella.
Le lamo cada centímetro de su abdomen hasta llegar a su vagina y le hago un rico oral. Mis dedos ansiosos se hunden en su vagina.
Nuestras caderas ya están juntas y nosotras, acostadas boca arriba, nos miramos y nos metemos los dedos.
Hay muchas ideas que tendría para un momento así y es que cuando la calentura sube es la mejor amiga de la imaginación.
Les aclaro que no se necesita haber tenido sexo con otra mujer antes, claro eso ayuda a la experiencia, pero así como aprendemos a caminar también aprendemos a hacer el amor o a tener sexo.
Cuando estás con la persona indicada, las posiciones sobran. Quiero un ‘lesbian’ donde nos dejen jugar hasta que estemos cansadas y podamos ver el éxtasis la una en los ojos de la otra. Esa escena, como la que les describí, les transmitiría tanta emoción a ustedes como espectadores que lograría hacerlos venir antes de la mitad del capítulo.
Hay una chica por ahí que me vuelve loca y quienes me siguen ya saben quién es. Ojalá algún día se anime y podamos hacer algo, que seguro los tendrá felices a todos.
Si no tuviéramos tantos malos criterios y entendiéramos que la sexualidad no forja por completo a una persona, si no que lo hacen sus buenas acciones, podríamos aceptar que besar a alguien de nuestro mismo sexo en la boca no es delito ni pecado, ni es nada, no existen sexos correctos o incorrectos, sólo personas con diferentes pensamientos.
Tal vez un día llegue ese momento en que podamos vivir libremente sin ataduras y respetar la personalidad de cada ser que nos rodea.
En verdad, me gustaría saber qué es lo que ustedes opinan al respecto, quiero saber a qué clase de chulos y chulas dirijo mi columna, así que a escribirme a [email protected] para que me den su puntito de vista. Demasiado amor y más besos. Nos leemos el próximo miércoles.
